Muchos medios de comunicación se hicieron eco de la eliminación de ciertas restricciones referidas a las operaciones realizadas con moneda extranjera.
La resolución general 3819/15 de AFIP introdujo varias modificaciones a las operaciones que se realizan en moneda extranjera.
Unas de las principales modificaciones que se introdujeron fue dejar sin efecto las resoluciones generales (RG) 3450 y 3583, vigentes desde el año 2013 y 2014 respectivamente.
1. Se podrá comprar moneda extranjera libremente, ya sea en los bancos o en las casas de cambio. Esto significa que ya no es necesario pedir autorización a la AFIP y tampoco cobraran el 20% de percepción en concepto de anticipo a cuenta del Impuesto a las Ganancias o Bienes Personales. El tope para esta compra es de 2 millones de dólares al mes.
2. Desaparece lo que se denominaba “dólar tarjeta”, esto significa que yo no se cobrará el 35% sobre las compras realizadas con tarjetas en el exterior o a través de internet.
3. Elimina el “dólar turismo”, ya no se cobrará el 35% de recargo en la compra de paquetes turísticos que tengan como destino el exterior del país. Lo mismo sucede con los pasajes de avión.
4. Desaparece el 30% que se cobraba a quienes querían ingresar moneda extranjera al país.
Con estas medidas se intenta volver a la situación existente antes de la entrada en vigencia de las RG 3450 y RG 3583, esto quiere decir que se podrá “exportar e importar libremente a un tipo de cambio único”.
Sin embargo, todo lo que vemos hoy tiene una fecha de vencimiento, un final. Las buenas épocas pasan, así como las malas, entonces es lógico preguntarse dónde vale la pena invertir, qué hacer para cosechar un fruto eterno y duradero.
Más allá de las idas y vueltas que pueda tener la economía o la cotización de una u otra moneda, la inversión más importante que podemos hacer es del tipo espiritual, porque son eternas.
En estos días en los que la información intenta dominar nuestras vidas y someternos a un ritmo de vida alocado en el que se hace todo sin pensar, vale la pena parar un poco, abstraerse de la locura cotidiana y dedicarle tiempo a lo más importante que, a diferencia de los bienes materiales, es eterno: su alma. Es la mejor inversión que usted puede realizar.
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