María Rosa Gavilan tenía su vida totalmente destruida por problemas que afectaban su salud, su economía y su familia. Cada problema desencadenaba otros peores. Ella tenía una hernia, los trastornos que le generaba no le permitían trabajar y su economía se vio seriamente afectada por eso.
“Tenía muchas deudas, había veces que no tenía ni para poder darle de comer a mis hijos. Llegué a estar en la miseria, al punto de perder mi casa y tener que irme a vivir de prestado con mis hijos. Por todo esto, las discusiones y peleas no tardaron en llegar a casa y los problemas espirituales también. Tenía insomnio, veía sombras y escuchaba voces, estaba depresiva y a uno de mis hijos le daban convulsiones muy seguido. Los médicos no le encontraban nada y no mejoraba”.
Aparentemente la única solución era terminar con su vida, por eso, intentó tirarse debajo de un auto. Desesperada, escuchó en la radio la programación de la Universal y tomó la decisión de acercarse a buscar ayuda. Luchó y perseveró en las reuniones y en la Hoguera Santa y su vida fue cambiando. “Fui sanada de la hernia, Dios me liberó del tormento espiritual, progresé económicamente y mi familia fue transformada. Hoy tengo paz, alegría y en mi interior está la presencia de Dios. Solo Él pudo darme una nueva vida”, concluye.
Ella concurre a la Universal de Córdoba ubicada en Rivadavia 50.
[related_posts limit=”9″]