“¿Jesús? Nunca oí respecto a eso en toda mi vida”, responde una habitante de una de las miles de aldeas del Norte de Mozambique, en Mueda, distrito de Cabo Delgado, al obispo Augusto Dias, responsable del trabajo de evangelización de la Universal, en esa región.
La visita del equipo de fe de la Iglesia del lugar fue realizada recientemente, de acuerdo a la dirección dejada por el obispo Edir Macedo, en la que determina que se desarrollen los trabajos misioneros en lugares extremos del mundo. Ese es el objetivo del “Ministerio de las aldeas”, que quiere llevar la Palabra de Salvación a quien está aislado de todo y de todos, como el caso de esa tribu, que está a más de 3000 kilómetros de distancia de la capital, Maputo.
Además de que nunca han oído sobre la fe sobrenatural ni del sacrificio hecho por el Señor Jesús en favor de la humanidad, quien vive en esas tribus tiene que sembrar para comer, almacenar agua de lluvia en pozos si quiere matar la sed y, a la hora de dormir, apretarse dentro de pequeñas casas, hechas de barro y cubiertas con paja, en las cuales habitan familias enteras.
A pesar de tanta escasez, tales factores externos no son sus mayores preocupaciones, sino las enfermedades. “La falta de médicos hace que ellos utilicen recursos naturales como forma de medicamento, lo cual, la mayoría de las veces, es ineficaz. Al tener una alimentación escasa, muchos sufren otras enfermedades por causa de la anemia. El número de infectados por el virus del HIV también es grande, y aumenta cada vez más, en virtud de la poligamia y de las relaciones extra conyugales. Sin contar que la falta de información facilita la transmisión de tales enfermedades”, explica el obispo.
Durante la visita, se realizan oraciones de cura y liberación al aire libre, en toda la aldea. Hubo personas curadas en el momento y comenzaron a bailar para celebrarlo (Vea el video). Muchos habitantes se quejaron ante los misioneros de ser víctimas de hechizos, el obispo Augusto dejó un mensaje especial sobre el tema, destacando que una vez que la persona es protegida por Dios, el mal no podrá tocarla.
En Mozambique, el trabajo en las aldeas africanas comenzó en el mes de marzo de este año. Desde entonces, cada semana, los voluntarios de la Universal visitan nuevas comunidades, ellos no se preocupan por la distancia o el difícil trayecto que tienen que recorrer, solo se concentran en las almas sedientas de Salvación. Aliado al apoyo espiritual, la Asociación de Beneficencia Cristiana, órgano social de la Universal, dona ropa, alimentos y juguetes a los niños.
“Cuando llegamos con la Verdad, nos damos cuenta que la mayor sed y hambre de ellos es espiritual. Ellos demuestran un gran interés por aprender más sobre Jesús. Sin embargo, nuestra mayor necesidad es en relación a los pastores, para poder realizar este trabajo”, destaca el obispo, pidiéndole a Dios que envíe más trabajadores para la gran mies.
El misionero también se encargó de alertar que la necesidad de llegar a esas tribus lo antes posible es grande, ya que en África, Medio Oriente y Asia las enseñanzas religiosas diferentes al Cristianismo influyen a muchos, haciendo que algunos se vuelvan intolerantes a la Palabra de Dios.
“Necesitamos correr mientras haya tiempo, porque a pesar de ser una región dominada por otras creencias, por ahora, hay una apertura por la cual podemos hablar de Jesús libremente, sin sufrir represalias”, finaliza el obispo Augusto.
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