Una mañana inolvidable, llena de reconciliación, fe y perdón, en la presencia del Señor Jesús.
Muchas parejas habrían evitado grandes problemas si entendieran que los conflictos no se resuelven por telepatía, sino comunicándose con sinceridad.
Nadie va a adivinar lo que querés si no lo comunicás.
Besa los labios el que da una respuesta correcta. Proverbios 24:26
Saber escuchar y hablar con buena comunicación interrumpe toda acción del mal.
pero a Ana le daba una doble porción, pues él amaba a Ana, aunque el Señor no le había dado hijos. Y su rival la provocaba amargamente para irritarla, porque el Señor no le había dado hijos. Esto sucedía año tras año; siempre que ella subía a la casa del Señor, la otra la provocaba. Y Ana lloraba y no comía. Entonces Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está triste tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos? Pero Ana se levantó después de haber comido y bebido en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en la silla junto al poste de la puerta del templo del Señor. 1 Samuel 1:5-9
Dios permite que lleguemos al límite del dolor para que despertemos y usemos la fe.
Dios escucha a todos, pero solo responde a quienes le hablan desde lo más íntimo del corazón.
Él espera que, además de hablar, actuemos; que nuestras palabras estén acompañadas de acciones para Su gloria.
Pero Ana se levantó después de haber comido y bebido en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en la silla junto al poste de la puerta del templo del Señor, ella, muy angustiada, oraba al Señor y lloraba amargamente. E hizo voto y dijo: Oh Señor de los ejércitos, si tú te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das un hijo a tu sierva, yo lo dedicaré al Señor por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza. Y mientras ella continuaba en oración delante del Señor, Elí le estaba observando la boca. Pero Ana hablaba en su corazón, solo sus labios se movían y su voz no se oía. Elí, pues, pensó que estaba ebria. 1 Samuel 1:9-13
Las personas fervorosas resisten las propuestas del mal y se mantienen firmes con Dios.
Así como Ana no culpó a nadie por su situación, sino que se levantó para presentar su causa delante de Dios.
No esperes por nadie; cada uno es responsable por su propia alma.
El arma más usada por el mal es la religión vacía, que separa al ser humano de Dios y de su prójimo.
¡No seas religioso, sé fervoroso!