Casada hace 7 años, Sylvia Jones-David, de 72 años, nunca dejó que su marido la viera sin maquillaje.
Ella cuenta que, un día, su marido regresó de un viaje de negocios antes de lo esperado. Aún con el esmalte fresco en las uñas, ella corrió hacia el baño con el fin de maquillarse y ponerse tacones altos y, demoró tanto, que quedó avergonzada al salir y depararse con su marido y con el jefe de él, esperándola.
Sylvia prefiere pasar por una vergüenza como esta que permitir que otra persona la vea con su rostro al natural. Según ella, su marido la conoció así y ella no tiene la intención de descuidarse solamente porque ellos están casados. También afirma que su marido aprecia su esfuerzo.
Lo mejor que se puede ofrecer
Para Sylvia, ese tipo de comportamiento – de no mostrar nunca la piel de su rostro bajo el maquillaje a su marido y a las demás personas – no significa una cuestión de inseguridad, sino de hacer lo mejor dentro de la relación.
Así como ella, muchas personas también están preocupadas en parecer mejor por fuera, pero algunas se terminan olvidando de cuidar lo principal, el interior.
El propio Señor Jesús advirtió sobre esto cuando dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.” (Mateo 23:27-28)
Es necesario entender que por más importante que sea la apariencia exterior, ella nunca predominará más que la belleza interior. Esto es porque lo que habita dentro del ser humano, tarde o temprano se manifestará a todos, a través de actitudes. Si el interior estuviere lleno de rencores, envidia, odio o cualquier tipo de mal sentimiento, por más bonita que una persona sea, la manifestación de los mismos será inevitable, y ella se volverá fea a los ojos de todos.
¿Por qué sucede esto?
La columnista Sandra Lima, en un texto publicado en el blog de la conductora y escritora Cristiane Cardoso, comenta por qué la sobrevaloración de la belleza exterior aún afecta a muchas personas.
“Los seres humanos siempre están en búsqueda de la aprobación de terceros. Deseando alcanzar un modelo de belleza totalmente diferente de lo que son naturalmente, dejan de valorar e invertir en lo que los hace diferentes, especiales y únicos. Eso sucede porque son influenciados a compararse con los demás, y desafiados a ser mejores que las demás personas en el aspecto físico”, afirma Sandra.
Belleza interior
Cuidarse a sí mismo, a la ropa, a la piel, a la presentación personal en general y estar aseado para un compromiso, es señal de confianza y respeto consigo mismo y hacia prójimo. Pero, no se deje llevar por las apariencias. Vigile su comportamiento para saber identificar y valorar lo que es más importante en su vida.
“Vale la pena destacar que la belleza interior es, sin ninguna duda, la más importante. Ella es el factor decisivo en cualquier look. Por eso, si usted aún no la tiene, debe, en primer lugar, invertir en ella”, concluye la columnista.
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