Una vez más, las mujeres se encontraron para la Reunión Mensual que les da la posibilidad de ser cada vez mejores. La señora Lucelaine Araujo comenzó la reunión hablando de las consecuencias que genera la duda: “Si usted es una mujer que tiene muchas dudas, nunca va a salir adelante. Si usted tiene malos pensamientos, piensa que no sirve para nada y cree que sería mejor morir, no puede pensar así. Las que usan la fe inteligente en Jesús, vencen. Si resistimos al diablo, él va a huir de nosotras”.
Después de estas palabras, la señora Lucelaine realizó una oración en la que las mujeres presentes recibieron fuerzas para resistir al mal.
La reunión continuó con un mensaje especial: “Dios nos ha enseñado a agradarlo para que esté en primer lugar en nuestra vida. La mayoría dirá ‘Yo intento agradarlo’ o ‘Yo le agrado’, hay otras que ni siquiera saben lo que es agradar a Dios. Agradarlo tiene beneficios, pero, para obtener los beneficios hay que cumplir ciertas condiciones.
Quizás se pregunta el porqué de su sufrimiento. Cuando las personas no conocen a Dios, se aferran a cualquier otra persona. Muchas personas agradan a todos, pero cuando les toca agradar a Dios, no tienen la misma disposición. Agradar a Dios empieza con ser usted misma. Hay muchas que no son sinceras ni con Dios, aparentan tener una vida bendecida, pero en realidad están destruidas. Lo único que les importa es lo que piensan los demás.
Para tener un espíritu excelente hay que priorizar a Dios, hay que pagar el precio. No es desagradar a uno o a otro, es agradar primero a Dios. Daniel fue un prisionero que se rehusó a comer la comida del palacio, para agradar a Dios: ‘Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.’, (Daniel 1:8). Estaba preso, podrían haberlo matado, pero él quería agradar a Dios. Y qué pasó: ‘Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos…’, (Daniel 1:9). Los caminos se abrieron para Daniel. Dios hace cosas que usted no puede imaginar. Si usted deja de hacer lo malo, Él le abre las puertas.
Si usted todavía no ha logrado los deseos de su corazón es porque no ha agradado a Dios, que es obedecerlo, creer en Él. Si es sincera, entonces Dios hace lo necesario para bendecir su vida. El problema es que uno no quiere agradar a Dios.
Usted tiene que dejar de vivir de apariencia y empezar a agradar a Dios. El Espíritu Santo nos muestra que para tener un espíritu excelente, primero tenemos que querer agradar a Dios. No tenemos que agradar a otros ni a nosotras mismas porque si ponemos a Dios en primer lugar, Él hará cosas grandiosas en nuestra vida”.
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