Una noche especial terminando el dia miércoles con la bendición desde el Altar de la Sede Nacional.
Jesús dió Su todo por nosotros, por eso no tolera que el diablo o el mal toquen en nuestro espíritu, alma y vida.
La trinidad humana es lo que Dios más desea preservar de nosotros. Porque teniendo nuestra mente, corazón y cuerpo en un estado puro podemos servirLo como es debido.
El mal ataca para hacernos caer y perder la pureza en nuestra trinidad humana. De esta manera evita que seamos libres y usados por Dios.
Vino por tercera vez, y les dijo: ¿Todavía estáis durmiendo y descansando? Basta ya; ha llegado la hora; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vámonos; mirad, está cerca el que me entrega. Marcos 14:41-42
Jesús tuvo una vida en un cuerpo humano, pero no lo usó como una excusa para ceder a Su Voluntad.
En lugar de complacer Su Voluntad, Jesús buscó fuerzas en Dios para salir del Getsemaní y hacer su parte.
Jesús priorizó el Plan Divino antes que su propia opinión y no se dejó llevar por lo que sentía. Esto abrió la puerta de la salvación para todos nosotros.
La copa que tomó era la copa de la ira, pero lo hizo para que pudiéramos tomar hoy en día la copa de la Gracia, de la Salvación.
