¿Qué sucede cuando nos apartamos de lo que creemos y amamos al mismo tiempo que nos engañamos de que continuamos íntegros y nada alrededor nos afecta a pesar del ambiente adverso?
La película “Una Nueva Oportunidad” (“Lukewarm”, del director Thomas Makowski) retrata las elecciones de un joven cristiano que está alejándose de Dios y, como excusa, se apoya en las desventuras de la vida.
Desempleado y viviendo en un cuarto de un antiguo hotel, Luke (Jeremy Jones) aceptó la invitación de Sam (Jason Burkey) para trabajar como barman en el establecimiento del cual el amigo – que lleva una vida vacía – es propietario. Pero, a partir de entonces, Luke comienza a eludirse con compañías y dinero fácil y, por falta de tiempo, pasa a ir cada vez menos a la iglesia.
Su novia Jessie (Nicole Gale Anderson) se siente mal por vivir juntos, pero tiene la esperanza de que las cosas mejorarán y rápidamente se casarán, aunque la relación también comienza a sufrir. Jessie, que continúa frecuentando la iglesia y trabajando en una casa social para personas en situación de calle, le insiste a su novio que vuelva a hablar con su padre.
Hace 20 años, los padres de Luke se divorciaron. Él no consigue perdonar a su padre, Bill (John Schneider), y vive recordando momentos de su infancia.
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