Cuando uno está por recibir una gran bendición, se levantan enemigos por todos los frentes. Aparecen problemas inesperados intentando que uno dude y desista, para así impedir que la respuesta de Dios llegue.
Eso fue exactamente lo que sucedió con la caravana de la Fuerza Joven Universal de Argentina al Templo de Salomón. El viaje estuvo a punto de cancelarse y tuvieron muchas trabas, pero permanecieron en la fe y la respuesta fue extraordinaria.
El pastor Fabio Damaceno, responsable del trabajo de la FJU en Argentina, cuenta: “Tuvimos que enfrentar y vencer al infierno antes de llegar a Brasil. El pasado jueves 26, antes de salir de Almagro, empezaron los problemas. De la nada, la puerta del micro que debía llevarnos a Ezeiza se trabó. Era un vehículo nuevo, no había explicación, pero perdimos una hora y llegamos al aeropuerto con media hora de retraso.
Ya en el aeropuerto comenzó la segunda batalla. Cuando fuimos a hacer el check in, nos avisaron que nuestro vuelo tenía tres horas de retraso y había sido reprogramado para las 2.55 de la mañana. Faltando menos de media hora, a las 2.30, un representante de la empresa se acercó a decirnos que el vuelo había sido cancelado. ¿Qué pasó? Un rayo había impactado al avión en San Pablo y le produjo severos daños. Se excusó diciendo que habían hecho lo imposible para repararlo pero no lo habían logrado y nos ofreció pagarnos un hotel para que pasemos la noche o un transporte a casa, porque solamente saldría otro vuelo a la tarde del día siguiente. Era el propio diablo indignado, porque sabía que nuestro viaje no era un paseo, sino que teníamos un propósito espiritual. Porque todos los que viajamos extendimos el Ayuno de Daniel una semana más, para poder entregarlo en el Templo de Salomón.
Mientras algunos pasajeros aceptaban las propuestas de la aerolínea, nosotros seguimos en la fe y gracias a Dios logramos que nos cambiaran a otra empresa. Finalmente íbamos a volar en el primer vuelo del día, a las 6.45, pero la cosa no terminó ahí. Después de retirar las valijas y esperar a que se abran las ventanillas para hacer un nuevo check in, nos informaron que no estábamos registrados en el sistema. La empleada nos dijo de muy mala manera que ninguna empresa les había transferido pasajeros, que estábamos entorpeciendo su trabajo y que debíamos salir de la fila.
Indignados, no nos movimos y, después de hablar nuevamente con los responsables de la empresa anterior, finalmente pudimos embarcar, corriendo contra reloj.
Al final, conseguimos llegar al aeropuerto de Guarulhos, en San Pablo, a las 9.30 de la mañana, 12 horas después de haber llegado a Ezeiza. Entonces recordé lo que está escrito en Santiago 4:7, ‘…resistid al diablo, y huirá de vosotros.’.
En el viaje aprovechamos para evangelizar a una mujer brasileña, hija de una obrera, que se sorprendió al vernos con las remeras del Templo de Salomón. Ella estaba apartada de la iglesia y no podía creer que estuviéramos yendo a San Pablo solo para ir al Templo. La invitamos a participar de la reunión del domingo a las 9.30 y aceptó”.
Después de la lucha, la victoria
El jueves, ya en Brasil, el grupo fue recibido por el obispo Renato Cardoso y su esposa, Cristiane, que estaban en la entrada al Templo de Salomón ungiendo a los solteros. Ellos se pusieron muy contentos al ver a los jóvenes argentinos en Brasil. Después de la unción, todos participaron de la Terapia del Amor, en la que también estuvo el obispo Clodomir Santos junto a su esposa.
El viernes volvieron las luchas. “Teníamos que llegar al templo para participar de la reunión de la tarde y luego hacer una visita guiada por la réplica del Tabernáculo, pero debido a un accidente de tránsito, llegamos dos horas más tarde y no pudimos participar de la reunión. Juntos realizamos la visita y los chicos se maravillaron con las explicaciones que nos dio el levita que acompañó al grupo. Fue una experiencia muy fuerte entrar al Santo de los Santos, en la réplica del Tabernáculo. Fue una gran bendición haber estado ahí”.
Ya el sábado, al recorrer la parte exterior del Templo, el pastor Fabio vio entrar al obispo Macedo al estacionamiento del Templo y se acercó a pedirle una bendición para la caravana de la FJU Argentina. Así, el obispo se acercó a saludar a los chicos, les preguntó cómo estaban y oró por la FJU Argentina y también por el pueblo de la Universal.
Luego de sacar algunas fotos, los chicos pudieron participar de la reunión de obreros con el obispo Domingos, estaban felices por haber conocido personalmente al fundador de la Universal, su referente espiritual.
El domingo finalmente participaron de la reunión de las 9.30 ministrada por el obispo Macedo y regresaron a la Argentina tras haber vivido cuatro días inolvidables en San Pablo.
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