Recientemente estaba pensando y pidiéndole a Dios entender cómo hicieron los héroes del pasado para permanecer en la fe, ya que hoy en día lo difícil no es tener fe, sino mantenerse en la fe, mantenerse salvo. A fin de cuentas, ¿cuál era el secreto de esos hombres de Dios que no se desviaron de la fe?
“Moisés tomó una tienda de campaña y la armó a cierta distancia fuera del campamento. La llamó «la Tienda de la Reunión». Cuando alguien quería consultar al SEÑOR, tenía que salir del campamento e ir a esa Tienda. Siempre que Moisés se dirigía a ella, todo el pueblo se quedaba de pie a la entrada de su carpa y seguía a Moisés con la mirada, hasta que este entraba en la Tienda de reunión. En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y tapaba la entrada, mientras el SEÑOR hablaba con Moisés. Cuando los israelitas veían que la columna de nube se detenía a la entrada de la Tienda de Reunión, todos ellos se inclinaban a la entrada de su carpa y adoraban al SEÑOR. Y hablaba el SEÑOR con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de Reunión.” Éxodo 33:7-11 (NVI)
Aun siendo Moisés un hombre lleno de responsabilidades y líder de una nación, aun teniendo que resolver todos los problemas (porque todo lo que sucedía tenía que pasar por él), vea lo que hizo.
Levantó una tienda, lejos del campamento de la ciudad y lejos de todos, para estar a solas con Dios, y allí Dios hablaba con Él. Moisés tenía su momento con Dios, Él apartaba ese tiempo para alimentar su comunión con el Padre.
La razón por la que la mayoría de las personas fracasa en su fe, en sus luchas, perdiendo así la Salvación, es justamente no tener vida con Dios.
Están involucradas con este mundo y no tienen comunión con Dios, no tienen sus momentos con Dios o (si los tenían) dejaron de tenerlos. Inclusive, eso fue lo que les sucedió a algunos de los hombres que antes estaban en nuestro medio y hoy ya no lo están, pues hacían todo en piloto automático.
Lo que nos mantiene firmes no es el trabajo que hacemos, no es solo la asistencia a la iglesia, el conocimiento bíblico, etc., sino esa vida con Dios, esa comunión constante con Él.
Si hacemos lo que hicieron los hombres del pasado, y priorizamos la comunión diaria con Dios, que incluso el Señor Jesús tuvo (y si fue válido para Él, ciertamente lo será también para nosotros), vamos a permanecer firmes en la fe, ¡¡¡hasta el final!!!
“En esos días Él se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a Sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles…” Lucas 6:12-13