Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”, (Mateo 22:37). Este es el gran secreto para tener una vida abundante, bendecida, la vida que Jesús ha prometido.
La pregunta es: ¿cómo puedo amar a alguien a quien no conozco? ¿Cómo es posible amar a Dios si no se Lo conoce? Yo no creo que sea posible, solo que el amor al que se refiere Jesús en este versículo no tiene nada que ver con sentimientos. Nosotros creemos que amar es sentir, que necesitamos al corazón para amar. Pero no se ama a Dios con el corazón, se Lo ama de manera infinitamente mayor. Siempre asocio el amor a Dios con la obediencia, la práctica de Su Palabra, porque ese fue el amor que Abraham manifestó hacia Él. Es un amor que nace, que brota de la fe. De la fe que remite a la obediencia, eso es lo que Dios quiere.
¿Qué prefiere usted, mujer, que su esposo le diga que la ama y le obsequie una rosa o que le sea fiel? ¿Qué le agrada más la fidelidad o la palabra de amor? Es eso lo que Dios quiere. Decir “Dios te amo” es fácil, pero ser fiel es otra cosa y eso es lo que Dios requiere de cada uno de nosotros.
El amor es actitud, se trata de ser devoto, dedicado, consagrado, ofrendar y empeñar toda su vida con fe en la otra persona. Esto tiene que ser lo primero en nuestra vida. Antes de dedicar su vida a su familia, a las personas de este mundo, debe ser fiel a Él. Porque si usted no le es fiel a Él, no le será fiel a nadie más.
La práctica del primer mandamiento de la ley de Dios no deja espacio para que la mente sea invadida por los pensamientos del mal. A cada momento debemos resistir a los malos pensamientos y practicar y nutrir los buenos pensamientos, porque nuestra vida depende de nuestra mente.
Muchas personas vienen a la Universal buscando oración, nosotros hacemos la oración, se sienten mejor y salen de la iglesia felices, pero ¿se resolvió su problema? No. Muchos son beneficiadas por su fe, por eso no se preocupan por atender, por pensar los pensamientos del Altísimo.
La Biblia nos enseña a orar sin cesar, no solo cuando estamos en la iglesia, orar 24 horas por día, orar sin cesar es mantener su pensamiento en los pensamientos de Dios. Si usted necesita utilizar los servicios de un profesional, entonces, antes ore a Dios pidiendo que dirija a ese profesional para que lo ayude. Cuando va a viajar, pida a Dios que envíe a Sus Ángeles poderosos para guardarlo en la ida y en el regreso. Así su pensamiento estará siempre vuelto a Dios.
La relación entre nosotros y Dios se basa en la comunicación. La fe nos hace andar con Dios, nos hace Sus cooperadores, la fe es una sociedad, un casamiento que cada uno hace con Dios. Uno da un paso adelante y le pide ayuda a Dios, así, permanentemente está usando su fe, su dependencia de Dios.
Si usted tiene fe, es rico, porque puede mover la mano del Altísimo en su dirección, esa es la herencia que heredamos de Abraham, de Isaac y de Israel. La riqueza de que Dios es con usted, si el mundo viene contra usted, permanecerá firme porque sabe en Quien ha confiado. Esa certeza es una señal de Dios en su vida.
Secretos y misterios de la fe con el obispo Macedo, todos los domingos a las 18h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro y en todas las Universal del país por videoconferencia.
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