En Israel, antes de que se inicie una construcción particular o pública, no entran en escena solo los albañiles y los ingenieros. Los arqueólogos quedan al mando de los trabajos delante una importante tarea: ver si hay hallazgos arqueológicos en el lugar, que serían destruidos por la obras. Entonces, siempre que un edificio, carretera, tubería o cualquier proyecto salga del papel, entran en escena los especialistas de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA en la sigla en inglés). Si fuere encontrado algo históricamente relevante, la construcción es paralizada, y puede hasta incluso ser cancelada o transferida de lugar.
Eso es completamente comprensible en un país en donde ciudades fueron construidas unas por encima de las otras a lo largo de los milenios. Hasta incluso hallazgos que dicen al respecto a la época de los acontecimientos de la Biblia pueden aparecer en una simple excavación para una piscina en un patio doméstico, por ejemplo. Tales artefactos y ruinas han ayudado bastante en la comprensión de cómo era la vida en los tiempos bíblicos, además de comprobar varios pasajes del Libro Sagrado de los cristianos.
Fueron esos profesionales de la IAA que, en una obra de gasoducto de gas natural en la zona de la carretera de Burma, cerca de Jerusalén, encontraron las ruinas enterradas de una ciudad rural con 750 metros cuadrados, que habría sido fundada en el siglo III antes de Cristo (a.C.), cuando la región era controlada por la Dinastía Helenística Seléucida. Todo indica, que el lugar no fue destruido en un incidente violento, como es común en otras localidades.
El poblado era formado por casas de piedra con varias habitaciones y patios abiertos, con un sistema de callejones entre ellas. Lo indicios muestran, que eran cultivados huertos y viñedos en los alrededores, actividad que volvió a ser realizada en el lugar con el tiempo, hasta en los días actuales. Entre los artefactos hallados, se encuentran herramientas domésticas de moledora de granos (era común que el trigo y la cebada fuesen adquiridos enteros y molidos en las casas), ollas de cerámica, ollas de cerámica, jarras para aceite y vino, lámparas a aceite y cerca de 60 monedas – inclusive una con la figura del rey seléucida Antíoco III (foto a la izquierda) y otra con la imagen del monarca asmoneo Alexander Janeus.
Como muchas villas campesinas de la época, ella fue abandonada en el siglo I – después de aproximadamente 200 años de existencia – cuando Herodes, el Grande, comenzó su gobierno. Eso era bastante común, según Yuval Baruch, arqueólogo de la IAA, “y puede estar relacionado a los mega proyectos de construcciones de Herodes en Jerusalén, particularmente a la obra del Segundo Templo, lo que generó una migración en masa de los campesinos a la capital para suplir la mano de obra necesaria”.
La carretera de Burma fue abierta como atajo durante la Guerra de la Independencia de Israel, en 1948, como alternativa a la carretera principal lejos de allí – en ese momento, bajo el fuego de las fuerzas árabes -, para llevar suministros a Jerusalén. Hoy, el camino es más utilizado por los adeptos a las caminatas y al ciclismo.
[fotos foto=”IAA”]
[related_posts limit=”7″]