El resentimiento nunca viene solo, sino que trae con él sus compañeros: el deseo de venganza, la rabia, la envidia, la amargura, la tristeza… Además de causarte algunas enfermedades físicas y dejarte solo en el final.
No vale la pena. Usa el escape que Él nos dio para no ser rehenes de eso: el perdón. Aprende cómo ponerlo en práctica a través de este video (13 minutos).