Tres meses después el grupo Fuerza Joven Europa (FJE) llevó 1,5 personas al evento “Sepa Decir No Norte”, ocurrido en la ciudad portuguesa de Porto, el desafío realizado por el pastor Gelson Luís aún hace eco en la cabeza de los jóvenes.
“Dios creó al ser humano y le dio autoridad para dominar y no para ser dominado. ¿Quién domina aquí? El objetivo era hacer que los jóvenes reflexionaran sobre sus comportamientos. ¿Quién domina: ellos o el tabaco, ellos o internet? ¿Las malas compañías, la rebeldía y la depresión son controladas como debería ser, o interfieren en la vida más de lo que deberían?
Según algunas personas que dieron su testimonio- algunos en crisis de llanto, otros tirando muchos paquetes de cigarrillo -, no siempre el ser humano es quien domina. Así con la intención de hacer que los jóvenes tuvieran conciencia de su capacidad de dominar, principalmente a sí mismos, y negarse a los vicios del mundo, el encuentro fue uno de los más exitosos de la FJE.
“Hicimos el trabajo encima de ese espíritu. Fue muy bueno, pues muchos jóvenes se desahogaban”, cuenta el pastor Gelson, que también es coordinador del FJE. “Ellos asumieron públicamente que necesitaban ayuda y que podían cambiar sus actitudes para mejor.”
Aproximadamente 860 espectadores estaban en una reunión de la Universal por primera vez y pudieron conocer un poco más sobre el trabajo realizado por los jóvenes portugueses, que, más allá de SDN, cuentan con proyectos como Joven Nota 10, Copa Portugal y Pitido Final.
“Los trabajos de incentivo al deporte, la cultura y la educación han sido los principales métodos en la lucha de la concientización de los jóvenes. Hicimos movimientos con los jóvenes de todo el país para que tengan un comportamiento diferente. Les damos apoyo para que descubran y aprovechen el talento que poseen para construir un futuro mejor”, concluye el pastor.
Cambio de hábitos
Ana Vieira es una de las jóvenes que estuvieron presentes en el “SDN Norte”. En su opinión, el FJE puede transformar la vida de cualquier persona que se entregue verdaderamente a Dios. Ella misma, cuando era más joven, sufría con depresión. Se sentía vacía, incompleta y, por no lograr definir los problemas por lo que pasaba, terminó teniendo un comportamiento agresivo.
“Yo era una joven violenta, principalmente con la familia, llegando al punto de agredir física y verbalmente a mi madre y a mi hermana”, cuenta. “Huí de mi casa a los 16 años, estando fuera 1 año, sin tener contacto con mi madre, a causa de tan grande que era el odio hacia por ella. Andaba por las noches intentando encontrar la salida para mis problemas, que ni yo misma sabía decir cuáles eran.”
El cambio vino por la Fuerza Joven. Después de conocer la Universal y pasar a formar parte del el grupo de jóvenes en su ciudad – Porto-, Ana logró reflexionar sobre su comportamiento, encontrar problemas y resolverlos. “Desde que conocí el FJE soy completamente diferente. Soy feliz, tengo objetivos, amo a mi familia. No soy más agresiva, hoy sí estoy realizada y tengo ganas de vivir.”
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