La actividad física es importante para cualquier persona. Sin embargo, para que solo traiga beneficios, debe realizarse con responsabilidad desde el inicio.
El cardiólogo Leandro Echenique, del Hospital Moriah, afirma que es importante realizar una evaluación médica antes de comenzar a practicar regularmente las actividades. “La mayoría de los casos de complicaciones que ocurren durante la actividad física puede ser prevenida con una evaluación médica. Por medio de la historia clínica y del examen físico, el médico podrá detectar alteraciones y realizar orientaciones específicas”, explica.
Los exámenes previos son recomendados para todas las personas, pero son indispensables para aquellas que tienen algún problema de salud ya identificado. “Los pacientes con antecedentes familiares de muerte súbita, o que ya presentaron dolor en el pecho, palpitaciones, falta de aire o desmayos deben buscar al médico para realizar antes una investigación”, señala el especialista.
Las personas que tienen más de 30 años o que llevan una vida sedentaria deben someterse a los exámenes, aunque nunca hayan presentado problemas de salud.
Tabatta Ventura, fisioterapeuta, advierte que muchas personas comenzaron a practicar actividad física sin saber si tienen alguna enfermedad, porque no presentan síntomas. “El problema de no hacer un chequeo antes es no saber si existe alguna patología previa y darse cuenta durante los ejercicios, cuando ocurre alguna complicación, como un paro cardíaco o una lesión osteomuscular, por ejemplo”, informa.
Más que un certificado
Si va a entrar a un gimnasio, puede ser que le soliciten una evaluación clínica antes de comenzar a entrenar. Algunos profesionales defienden la obligatoriedad del examen previo. Sin embargo, no todos los gimnasios tienen esa exigencia.
Casos de personas que murieron porque no se sometieron a exámenes clínicos antes de los ejercicios han sido noticia.
Independientemente de la exigencia o no de un examen médico en los gimnasios, nada sustituye el sentido común. Además de eso, hacer una consulta médica puede dejarlo tranquilo sobre sus condiciones de salud, en el caso que quiera hacer ejercicios donde desee.
El primer paso es sacar un turno con un cardiólogo, para identificar que no haya nada malo. Él le pedirá exámenes como hemograma, para detectar anemia o infecciones, electrocardiograma y examen de ergometría. “El electrocardiograma identifica las enfermedades silenciosas, aún no diagnosticadas, o que se activan cuando hay algún tipo de esfuerzo” destaca el médico clínico Carlos Souza Salles.
También se recomienda una visita al ortopedista. Él determinará si hay algún problema a través de exámenes como radiografía de tórax, de columna y de rodillas, además de prescribir actividades específicas para prevenir lesiones y dolor.
Danielli Martins, de 28 años, (foto al lado) no hizo exámenes previos para comenzar a realizar sus caminatas diarias hace aproximadamente ocho meses. Ella rápidamente comenzó a sentir dolores lumbares y en los talones. “Luego de dos semanas, ya no toleraba mas el dolor.”
Ella creyó que esa actividad era simple y, por eso, no se preocupó en consultar a un especialista. “Como era sedentaria, comencé a sentir el impacto de una caminata mal realizada desde el principio”, cuenta.
Cuando ya no aguantaba más los dolores del cuerpo, Danielli buscó a un fisioterapeuta para realizar el chequeo físico y evaluar su postura y sus pies. “Él me enseñó sobre la intensidad y el tiempo, según mi cuerpo, me indicó cuál era el mejor calzado para mí. Descubrí que tengo una pisada pronadora, que es hacia adentro. Antes, yo usaba zapatillas para pisada neutra. Por eso, sentía los dolores.”
Por lo tanto, antes de iniciar cualquier actividad física, realice una evaluación médica con un profesional. Si usted ya comenzó y no hizo la consulta todavía tiene tiempo. Con ese cuidado, usted respeta los límites de su cuerpo y evita cualquier daño para su salud.
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