¿Quién no conoce a alguien que vive haciéndoles bromas a sus amigos, ese que hace chistes que son inconvenientes y que terminan causando malestar en todos? Algunas de esas personas parten del principio de que se trata de algo inocente y que no le trae consecuencias para nadie. Pero es un engaño. Ese tipo de actitud puede acarrear serios problemas.
Un ejemplo de eso es la broma telefónica para “requerir” ayuda policial o auxilio médico. Mucho más que una especie de sátira, que utiliza la llamada telefónica para engañar a las personas, termina volviéndose un trastorno para los policías y rescatistas, ya que ellos se desviven para atender acontecimientos que no existen, cuando podrían estar ayudando a quien realmente lo necesita.
911
La Dirección General del 911 emitió un comunicado en el cual presenta a la población las instrucciones de uso del Sistema de Emergencia ya que la optimización es clave para socorrer a quienes se encuentran solicitando auxilio real.
Aclaran que está prohibido utilizar el Sistema 911 con fines distintos a sus funciones. Las personas que realicen llamadas que señalen situaciones de falsas emergencias serán objeto de investigación penal, ya que obligan a incurrir en gastos innecesarios al Sistema y las instituciones que lo integran. El que solicite servicios del sistema 911 actuando con falsedad o denunciando hechos inexistentes será sancionado con una pena privativa de libertad de hasta cinco años de prisión o multa.
Esto significa que gran parte de las llamadas no urgentes son realizadas por personas irresponsables o inconscientes que así van distrayendo recursos para la atención de urgencias y emergencias reales.
Pero la inconveniencia de los chistes sin la noción de responsabilidad no se restringe solamente a las bromas telefónicas y al bullying. En Boston, Estados Unidos, Kevin Edson, un muchacho de 25 años, se pasó de los límites. En la última maratón de la ciudad, aprovechando los homenajes a las víctimas de un atentado terrorista que sucedió en la edición anterior de la competencia, colocó una mochila exactamente en el punto final de la competencia. En el 2013, una explosión causada por bombas que estaban en ollas de presión, escondidas en mochilas abandonadas cercanas a la línea de llegada de la carrera, matando a tres personas y dejando a casi 300 heridas. Este año, una broma irresponsable del muchacho comprometió el evento y espantó a mucha gente, pero fue detenido.
Los chistes sin gracia como este reflejan una actitud intencionalmente agresiva. Ridiculizar o causar vergüenza puede incluso parece algo normal, pero es sinónimo de mala conducta y falta de educación y respeto. No se olvide de que para ser respetado es necesario respetar. Si desea ser admirado y valorizado, comience haciendo su parte. No le haga al otro lo que no quiere que le sea hecho a usted.
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