El mundo aparentemente puede desmoronarse, el control puede huir de sus manos y aún así, usted puede permanecer invencible y confiada. Eso es ser fuerte. Las mujeres así no son una especie rara de súper heroínas y mucho menos vinieron de otro planeta. Ellas saben que sin Dios es imposible ser fuerte. Reconocen que dependen de Él, Le presentan sus dificultades y confían que Dios está cuidando todo. Por eso su fe permanece inquebrantable delante de cualquier situación por peor que parezca. Ellas no desperdician tiempo dándole audiencia a sus traumas del pasado porque se dedican a darle un nuevo rumbo a su historia. Puede parecer casi imposible, pero todas nosotras podemos ser esa mujer.
Ejemplo de fuerza
La mirra es asociada a hechos bíblicos de gran significación. El suntuoso árbol, que sobrevive imponente en pleno desierto africano, cuando es golpeado, libera una especie de resina ámbar. En una de las clases de la “Terapia del Amor”, realizada en el Templo de Salomón, en San Pablo, el conferencista Renato Cardoso habla sobre la esencia de la planta. “De lejos, es posible sentir el aroma de la mirra. Aunque sea golpeada, ella devuelve con su mejor. Por eso, es también ejemplo de fuerza”, dice.
Durante el encuentro, Renato y su esposa, Cristiane Cardoso, también hablan de la fuerza de una mujer que fue un gran ejemplo para todos nosotros. “Ester era fuerte y tuvo valentía para soportar situaciones adversas, inclusive, salvar a su pueblo de una exterminación. Ella fue amparada, cuando se quedó huérfana, y preparada como tantas otras para ser elegidas por el rey. En los primeros seis meses de preparación, Ester logró ser fuerte en medio a su condición desfavorable porque ella tenía algo especial: la fuerza que viene de lo alto. “A veces, las personas invierten en tantas cosas, pero no en lo principal. Por eso, Ester hizo la diferencia, no solo en el rumbo de su vida, sino de todo un reinado”, completa.
Dé vuelta la página
Primero, olvídese de protagonizar su melodrama “tipo novela mexica” y deje de hacerse la víctima. En el blog que lleva su nombre, Cristiane Cardoso nos habla de los prejuicios de usar las emociones femeninas de forma negativa. “Dios puso la sensibilidad en la mujer porque ella sería madre. No fue para que ella sea débil. No fue para que una mujer llore por todo. Dios nos hizo mujeres fuertes. Nosotros tenemos una fuerza inmensa, somos mucho más fuertes de los que pensamos. Pero, por ese pensamiento ‘soy frágil, sentimental’, la mujer se debilita”.
Está bien a veces tener una reacción inesperada delante de una noticia mala, es complicado, pero desesperarse y romper en llanto nunca solucionó el problema de nadie. Cuando usted llora “hasta deshidratarse” y, no es suficiente, manda mensajes con tono depresivo en el WhatsApp y actualiza su estado de fracaso en Facebook, ya está siendo frágil emocionalmente. Cuando abandonamos los sentimientos malos y dejamos de tener pena de nosotras mismas, estamos siendo como la mirra: mostrando fuerza, en vez de debilidad, y extrayendo lo mejor de nuestro interior, en las situaciones difíciles.
Para todo hay que tomar una decisión. Si usted se martiriza todas las veces que escucha aquella canción que le hace recordar a su ex, si sufre con las pérdidas personales que usted insiste en no olvidar o si aún no se perdonó por un error que cometió, actúa de manera equivocada. ¿No se da cuenta que es exactamente eso lo que ha absorbido sus fuerzas? Tal vez lo que usted necesita ahora no es un novio, una carrera fabulosa, o la casa de sus sueños. Ese vacío y los conflictos que le hacen perder la lucha con sí misma, muestran que usted necesita encontrarse y eso solo es posible al conocer a Dios. “Si quiere ver un resultado, reaccione luchando. Vaya y enfrente su problema, no le tenga miedo. Dios es mucho mayor que cualquier problema o situación en esta vida.”
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