Job era un hombre justo, que temía a Dios. Era muy próspero, ya que tenía la mayor fortuna del Oriente. También tenía siete hijos y tres hijas, que siempre realizaban banquetes en su casa. Sin embargo, Job también era muy cuidadoso con su creencia y respeto a Dios, y por eso, ofrendaba a Él, pidiendo que perdonase a sus hijos de cualquier pecado que hubiesen cometido.
Sin embargo, cierto día, los ángeles se presentaron al Señor, delante de Su Trono, y juntamente con ellos vino el diablo, a quien Dios le preguntó: “¿De dónde vienes?” Y él respondió: “De rodear la Tierra.” Entonces Dios continuó: “¿Has visto a mi siervo Job? Hombre justo, recto e íntegro y que se desvía del mal, no hay otro como él.” El espíritu maligno replicó: “¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la Tierra. Pero extiende ahora Tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra Ti en Tu misma presencia.”
El diablo Le sugirió a Dios que Job solo era temeroso a Él a causa de las bendiciones que le eran dadas. Pero que, si las desgracias viniesen sobre él, enseguida negaría al Señor. Hizo esto porque, en realidad, envidia la adoración que Dios recibe de Sus hijos y, por eso, desea alcanzar a los seres humanos de todas las maneras posibles.
Así como sucedió con Job, el diablo intenta, de todas las formas, tocar a los hijos de Dios. Si usted ha sufrido con peleas en su relación, con vicios, deudas interminables, miseria, enfermedades – incluso incurables -, deseo de quitarse la vida, entre otros males, sepa que el causante de todo esto es el enemigo, que hace esto para que usted no sea capaz de ver las maravillas que Dios puede hacer en su vida.
El diablo desea ver la destrucción de la humanidad, y ha dirigido sus actos para ese fin. En el pasado, trazó planes para impedir la venida de Nuestro Salvador – el Señor Jesús -, como la Biblia relata: “…Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que habían en Belén y en todos sus alrededores…” Mateo 2:16
El espíritu maligno sabía que el Señor Jesús abriría la visión de las personas en contra de las acciones del mal y reivindicaría nuestra vida – que estaba bajo su dominio hasta entonces. Así, mandó a matar, por medio de la boca del rey de Israel, Herodes, a todos los niños de Belén y sus alrededores que tuviesen la edad aproximada de Jesús, en aquella época, para que Él no creciera y propagara el mensaje de Dios.
No obstante, la embestida del mal no tuvo eficacia contra Nuestro Señor y, así, Jesús nos salvó en la cruz.
Termine con el sufrimiento
Todo el sufrimiento por el que ha pasado puede tener un fin, si usted se entrega a los cuidados del Señor Jesús, que venció al diablo y destruyó su dominio sobre la humanidad. Él puede traerle la felicidad plena y la Salvación eterna.
Para aprender cómo blindar su vida contra las acciones del diablo, participe de un encuentro en la Universal más cercana a usted. Encuentre la dirección en: www.universal.org.ar/direcciones.
(*) Job 1:11
[related_posts limit=”7″]