Usted ya se preguntó: «¿Qué haría Jesús en mi lugar?». Cada primer día del mes, debe hacerse esta pregunta, para reflexionar sobre si ha actuado según la Palabra de Dios.
¿Por qué es importante?
Es común que quien sirve a Dios se depare con innumerables situaciones difíciles, en las que debe tomar decisiones y en las que no sabe qué hacer y qué no. En esos momentos, una pregunta puede hacer toda la diferencia: «¿Qué haría Jesús en su lugar?».
Los desafíos son diarios, tanto en el trabajo como en los estudios, en la casa, con los hijos, en la relación y en la vida espiritual, principalmente cuando tiene la oportunidad de agradar a Dios o pecar contra Él. En todo esto, saber lo que haría Jesús puede ser la diferencia entre una vida feliz o de constantes decepciones.
Sin embargo, la verdad es que ni siempre los que sirven a Dios quieren tomar sus decisiones basados en lo que haría Jesús.
¿Qué hacer?
Sin duda, tomar la misma decisión de Jesús es la mejor decisión, pero no la más fácil. Esta no es una pregunta sencilla, sino el desafío de cumplir Sus enseñanzas, porque de ahí surgirá la fe que lo caracterizará.
Entonces, pregúntese: «QHJ (¿qué haría Jesús?)» y observe cómo sus decisiones cambian su vida.