En la mañana del domingo 24, durante la Concentración de Fe y Milagros, el obispo Edir Macedo enfatizó que para ser un vencedor y alcanzar la Salvación es necesario enfrentar las adversidades aquí en la tierra. “Para que usted alcance la Salvación y venza, obligatoriamente va a pasar por el desierto”, dijo.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” Apocalipsis 2:7
El obispo destacó el versículo del libro de las revelaciones (Apocalipsis), y destacó a las miles de personas presentes – y también a los que veían la programación por IURD TV y por la radio Red Aleluya – que para ser salvo no basta solo tener el título de vencedor, sino luchar por la victoria eterna. “Cuando mencionamos la palabra “vencedor”, muchas personas piensan en una disputa, pues para que haya un vencedor tiene que haber una lucha. Nadie vence sin luchar, pero no basta solo luchar, usted también tiene que vencer”, afirmó.
La historia bíblica del esclavo que fue nombrado gobernador de todo Egipto revela que Dios siempre exalta a sus escogidos. José pasó por humillaciones, pero como nunca negó su fe en el Dios Vivo, dejó la vida de esclavo para vivir una vida de grandeza. Moisés también es un ejemplo de fe y perseverancia que debe ser seguido. “Así como Moisés fue enviado a los esclavos en Egipto, Jesús también fue enviado a la tierra para salvar a quienes creen en Él. Todos los que creen en Jesús dejaron la vida de esclavitud y caminan en dirección a la Tierra Prometida”, declaró.
No tenga dudas
“Las promesas de Dios son efectivas para las personas que colocaron sus vidas en sacrificio, en el altar. Pues, ¿cómo la persona quiere ser salva si ella no quiere sacrificar, si le gusta la manera injusta en que vive? Para que usted esté en la presencia de Dios tiene que estar en el altar. Ese es el lugar del sacrificio, es el lugar del sacerdote. En el altar hay santidad, pureza, vida, paz, Espíritu, comunión con Dios. El altar es el lugar donde está Dios. Fue construido para la realización del sacrificio. Todo lo que usted le ofrece a Dios en el altar representa su fe. El vencedor es un conquistador”, concluyó.