Un adolescente de 14 años de edad fue condenado a permanecer 5 años viviendo en un unidad supervisada de tratamiento del Gobierno inglés. Después de cumplir la pena, su comportamiento será revaluado y, si puede ser liberado permanecerá 2 años más, por lo menos, siendo controlado de cerca por la Justicia.
El joven, del que no se puede revelar el nombre, fue juzgado y condenado por haber abusado de su propia hermana seis veces, cuando él tenía solo 12 años y ella 9. Según lo que el acusado confesó, él veía películas pornográficas en internet y le decía a la niña que, si no hacían lo mismo, dejarían de ser hermanos.
“Parece que ha sido expuesto a un material que no es apropiado para alguien de su edad, y eso influyó en los crímenes cometidos, porque él intentó representar, lo que vio con su hermana”, declaró el juez del caso.
El fiscal afirmó: “Casos como este van a aumentar en la Justicia debido al acceso que tienen los jóvenes para ver pornografía.”
Puerta para el infierno
En el caso de este adolescente inglés y de miles de otras personas, la pantalla de la computadora se ha convertido en la entrada para la vida en pecado. Mentiras, pornografía y diversas otras trampas han sido utilizadas por el mal para atraer a personas no preparadas espiritualmente. Es lo que afirma el obispo Bira Fonseca, en un post en el blog del obispo Edir Macedo:
“En Inter-NET o red interna, muchos han sido envueltos por esa red y se han convertido en una presa del diablo. ¿Ya vio una mosquita luchando para salir de la telaraña? Así están las personas, pegadas en las redes sociales, juegos y sitios de todo tipo de suciedad. Es el diablo arrastrando a muchos al infierno online.”
El obispo explica que no está mal usar internet, pero hay que saber cuál es el tipo de material bueno o malo. La pornografía, por ejemplo, puede llevar a consecuencias que destruirán familias, como la de la historia citada.
“¿Usted ha protegido su computadora contra los virus, pero será que su alma ha sido infectada con virus malignos?” – pregunta el obispo. “Cuando usted usa internet de manera responsable y, principalmente, con temor a Dios, esa red no lo lleva al infierno.”
Para saber si usted se convirtió en aquella “mosquita de la telaraña”, analice todas las redes sociales de las que participa, los sitios a los que entra, los videos que ve. Pregúntese a sí mismo qué beneficio aquel contenido le traerá a su vida.
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