Nuestra esperanza de vida es cada vez mayor. Pero no sólo se trata de añadir años a la vida, sino de sumar calidad de vida a esos años.
Todo adulto mayor tiene derecho a transitar un envejecimiento saludable. Llegar a determinada edad no significa darle fin a ciertas actividades a las que estaban acostumbrados a realizar cuando eran más jóvenes. Por el contrario, las personas mayores tienen derecho a una vida normal, solo hay que cuidarse y controlarse para prevenir.
El cuidado médico de los aspectos físicos como forma de prevención es fundamental, pero sin descuidar además la salud mental, el estar en actividad permanente, sentirse útil, tener una vida social plena, intercambiar su experiencia con otras generaciones, todo esto contribuye a mantener en alta su ánimo y autoestimaEn cuanto a la alimentación es necesario recordar lo importante de ingerir alimentos sanos y variados. El consumo de frutas, verduras y leche (se recomienda, si el médico lo permite, medio litro de leche diario), también la disminución en el consumo de sal, dulces y bebidas azucaradas.
Otra actividad muy buena para las personas mayores es el ejercicio físico, reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas, mejora el ritmo cardíaco, entre otras muchas virtudes, pero siempre es recomendable consultar a su médico antes de iniciar cualquier actividad de este tipo, siempre a modo de precaución.
Pero envejecer con salud es un viaje que dura toda la vida. El recorrido comienza en la infancia, una etapa en la que debemos enseñar a los niños cómo alimentarse de forma correcta, los beneficios de hacer ejercicio físico de forma regular, la importancia de mantener una actitud mental positiva e informarles sobre los perjuicios del alcohol y el tabaco. Son hábitos saludables que los pequeños deben adoptar y mantener en la edad adulta con el objetivo de disfrutar plenamente las facultades de la vejez.