Agustín: “A los siete meses de haber nacido, tuve un espasmo bronquial y desde ese momento mi salud se deterioró. Durante años, viví atormentado por la figura de un hombre con ojos rojos, alto y vestido de negro.
La relación con mi familia fue difícil porque mis padres se enfermaban constantemente y mis hermanos estaban ocupados con sus vidas.
El comienzo de la depresión fue durante mi educación primaria, gracias al bullying. Era acomplejado, además de lo enfermo que estaba. Sentía que no le importaba a nadie, incluso en mi casa. Eso me llevó a encerrarme en el mundo virtual.
Rompí la relación con mi entorno. Pensaba en lastimarme, quería clavarme un cuchillo en el pecho.
Me sentía culpable por los problemas que había en mi casa; pero no le dirigía la palabra a mi familia. Estaba conectado con un mundo que no existía, fumaba y tomaba.
Ver morir a mi hermano me derrumbó. Él tuvo la oportunidad de buscar ayuda, no la aprovechó y supe que yo también la necesitaba. Ahí entendí la importancia de la salvación del alma.
Lo primero que hice fue acercarme a la Universal, ya la conocía desde chico, pero había dejado de ir. Superé la depresión, los complejos, estoy sano y tengo ganas de vivir. Dios me transformó”.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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