Noticias sobre fraudes y lavado de dinero no son más novedad en los medios de comunicación. Y los casos revelados no llegan ni cerca al número de aquellos que aún siguen ocultos por ahí. Pero robar y gastar buena parte del dinero para videojuegos es, como mínimo, extraño.
Pero fue lo que hizo el californiano Kevin Lee. Durante 7 años le robó casi 5 millones de dólares en fraudes y lavado de dinero a la empresa en la que trabajaba y, crea, gastó 1 millón en un videojuego de celular. Con lo restante, compró autos, muebles y entradas a la NBA (liga de básquet norteamericana).
A pesar de que la sentencia aún no haya sido dada, la previsión es que tenga que pagar una multa de hasta 750 mil dólares, además de poder pasar hasta 40 años en prisión.
Perjuicio eterno
Usted puede estar pensando que el perjuicio para Lee será mucho menor del que él le dio a la empresa en la que trabajaba, al final, ¿qué son 750 mil dólares comparados con los casi 5 millones robados?
Pero lo cierto es que la falta de carácter del californiano puede traer pérdidas aún mayores que una multa y años de su libertad. Puede traerle un perjuicio eterno.
Las personas viven la ilusión de que todo lo que hacen en la vida pueden pagarlo o no aquí y listo. Lo que muchos olvidan, sin embargo, es que nuestras acciones se reflejan en la Eternidad. Si no hubiera un arrepentimiento sincero y un cambio de carácter, aunque se cumpla una pena delante de los hombres, delante de Dios la persona aún estará condenada.
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados”, dice la Biblia en Hechos 3:19.
Buscar un cambio verdadero es necesario para quien considera que, mucho más importante que cualquier placer vivido aquí en la Tierra, nada se compara a vivir la Vida Eterna con Dios. Quien tiene esa consideración renuncia a lo que sea necesario, ya sean hábitos nocivos, vicios, pensamientos que contrarían lo que la Palabra de Dios orienta. La persona no mide esfuerzos, aunque para muchos eso sea locura.
“No os hagáis tesoros en la Tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.” Mateo 6:19-20
Invierta en su Salvación. Ella es su bien más precioso.
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