Roque: “Vine con mucho dolor en la cadera. Estuve así aproximadamente una semana. También tenía un malestar en el estómago, eso realmente me preocupaba. Pero toqué el Manto y no tengo nada”.
Paulino: “Estaba enfermo, triste y angustiado. Me dolía todo el cuerpo, no podía agacharme, ni caminar. Me invitaron a la Universal, vine y creí en Jesucristo al tocar el Manto. Ahora estoy bien, el dolor desapareció”.
Mariela: “Es la primera vez que vengo, estaba agobiada. Sentía una gran tristeza. También tenía dolores de cabeza y problemas de presión. Toqué el Manto y estoy bien, contenta. Sé que valió la pena venir”.
Susana: “Hace un mes que no podía mover el brazo por los dolores. El doctor me dijo que era tendinitis aguda. Día por medio iba al Hospital para que me aplicaran inyecciones. Después de tocar el Manto me sentí bien”.
Cristina: “Debía operarme porque tenía piedras y una pelota. Anoche no daba más del dolor. Me dije que iba a venir a tocar el Manto para sanarme. Al acercarme, lo hice y me sané. No siento nada, estoy curada”.
Cintia: “Desde chica soy alérgica a prácticamente todo. Cuando vine a la reunión, casi no podía respirar y me dolía la cabeza. Toqué el Manto y estoy segura de que si me hago los estudios, mostrarán que estoy sana”.
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