La vigilia comenzó exactamente a la medianoche con un fuerte trabajo de liberación.
Posteriormente el obispo Djalma, habló basado el texto bíblico de Éxodo 33:14-15, sobre la necesidad de tener el Espíritu Santo, prosiguiendo con la búsqueda y el bautismo con el Espíritu Santo.
¿Descanso en el desierto?
“Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”
Éxodo 33:14-15
El desierto atravesado por Moisés era insoportable durante el día debido al calor, y a la noche también era insoportable debido al frío.
Dicen las Sagradas Escrituras que era “un gran y terrible desierto de serpientes ardientes, de escorpiones y de aridez, en el que no había agua.”
La pregunta es: ¿Cómo aun así, en medio de serpientes y escorpiones, es posible tener descanso? ¡Solamente a través de la Presencia de Dios!
Moisés sabía eso, por eso dijo: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”
Él sabía que no sería posible llegar a la Tierra Prometida sin Su Presencia.
Durante el día, la presencia de Dios estaba a través de una columna de nube, y a la noche a través de una columna de fuego.
Nunca se apartó del pueblo la columna de nube durante el día ni la columna de fuego durante la noche.
Solo con el Espíritu Santo somos capaces de soportar y vencer los desiertos de la vida, y de llegar también a la Tierra Prometida, que es el Reino de Dios. Una de las condiciones para recibirlo es colocarlo en primer lugar, por encima de TODO Y DE TODOS.
¿De qué serviría disfrutar de los beneficios de una fe conquistadora, si no tenemos lo más importante, que es la Presencia de Dios a través del Espíritu Santo, para vencer los desiertos de la vida y entrar en el Reino de Dios?
Si incluso el Señor Jesús, solo pudo vencer el desierto después de recibir el Espíritu Santo, ¡imagínese nosotros!
Una vez que tenemos el Espíritu Santo, ¡aunque vengan los desiertos, tenemos descanso!