No fue una noche más para las miles de personas que se dirigieron de toda la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano al Templo de la Fe. A la medianoche, el obispo Djalma comenzó la Vigilia del Espíritu Santo, donde reveló cuál es la mayor riqueza que uno puede tener: “La mayor riqueza, el mayor tesoro que podemos tener es ¡la revelación del Espíritu Santo que se llama conocer al Señor Jesús! Eso vale más que todo.
Conocer la Biblia, reunir informaciones sobre Él es una cosa, conocerlo personalmente, es otra cosa.
Muchos se engañan a sí mismos, creyendo que ya Lo conocieron, pero se decepcionan en los momentos de dificultades porque no resisten.
Es el Espíritu Santo quien sustituye al Señor Jesús. Él es quien nos revela al Señor Jesús. ¡Para eso hay que tener sed! Y mostrar, probar esa sed.
La Biblia dice: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”, (Juan 7:37, 38). Él dijo esto con respecto al Espíritu que habrían de recibir los que en Él creyesen.
Zaqueo tenía sed de conocer al Señor Jesús, y lo mostró, lo probó. Era pecador, pero sincero de corazón, por eso el Espíritu Santo provocó el encuentro entre él y el Señor Jesús. “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose Yo en tu casa.”, (Lucas 19:5).
Cuando se conoce a Jesús, hay un cambio inmediato y radical en el carácter, en la conducta, en el comportamiento, en los pensamientos, y en la manera de vivir: “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.”, (Lucas 19:8). Cuando él resolvió devolver todo, reconoció que toda esa riqueza era basura ante la riqueza que acababa de recibir, conocer a Jesús”.
Luego, todos buscaron tener ese encuentro con Dios, que cambia vidas y da fuerzas para enfrentar y superar cualquier dificultad.
Vea las fotos de la Vigilia realizada el último viernes 15 de Agosto en el Templo de la fe de Almagro:
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