Alicia Duarte relata su historia de vida: “Yo viví una infancia muy triste, mi mamá y mi papá tomaban mucho, mi vida fue fea. Siempre estaba triste, vivía llorando y tenía ganas de morirme desde chiquita.
Crecí y no quería formar pareja porque tenía miedo de vivir lo mismo que mi mamá. Tuve una pareja, pero me engañó muchas veces. También me pegaba, me llegó a poner un arma en la cabeza y entonces me separé.
También tenía asma y muchos dolores de cabeza. Llegaba la noche y no podía dormir, sentía que me ahogaba. Llegué a tomar pastillas, para dormir, no podía descansar.
Mi hermana escuchaba la radio de la Universal, ella también estaba mal, y me invitó. Así empezamos y el pastor me orientó. Mi proceso de liberación no fue fácil, tardé meses. Hice una prueba con Dios y determiné que iba a curarme del asma y lo logré. Vivía con inyecciones, pero después de eso, nunca más las necesité, y también se me fueron los dolores de cabeza. Tenía muy mal carácter, pero ahora la agresividad y el nerviosismo desaparecieron de mi vida, duermo bien y soy muy feliz”.
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