“Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra;” Éxodo 19.5
Toda la Tierra le pertenece a Dios, pero para que Él pueda reinar en los corazones de los hombres y ser el líder de sus vidas, debe haber obediencia a su voz y mandamientos con comprensión, fortaleza y fe.