En el libro de Apocalipsis, la revelación de Dios a nuestro Señor Jesús para la iglesia de Éfeso, a través del apóstol Juan, es de reprensión y exhortación para volver al primer amor. El libro fue escrito en una época en donde los cristianos estaban siendo amenazados por Roma, para que renunciaran a la fe y aceptaran el culto al emperador.
Éfeso era la mayor ciudad de Asia y el centro de la administración romana de aquella provincia. Fue la residencia del apóstol Juan, antes y después de su exilio, en la isla de Patmos. Fue en exactamente en esa ciudad que el apóstol Pablo fundó la iglesia, que se volvió el centro de evangelización a toda la provincia.
Las obras de Éfeso eran el trabajo (en los esfuerzos para vencer a todos los falsos maestros con sus apostasías, que distorsionan la Palabra de Dios), y la paciencia (en la perseverancia frente a la oposición, tanto de los falsos maestros, como de otras fuentes). Esa preocupación fue expresada por el apóstol Pablo a Timoteo. (1 Timoteo 1:3-7).
El error básico de los efesios fue la perversión de aquella que se constituía en su principal virtud: oponerse a los falsos hermanos. Esa oposición los conducía a la reprensión y establecía una división dentro de la iglesia, que hizo que ellos abandonaran el primer amor. Ellos fueron vencidos por el tiempo.
Observe que la iglesia de Éfeso tenía obras, labor, perseverancia, no soportaba a los hombres malos, colocó a prueba a los falsos apóstoles, soportó pruebas por amor al nombre del Señor Jesús, y no se dejó desalentar, e incluso odio las obras de los nicolaitas. Sin embargo, la iglesia abandonó el primer amor.
Los nicolaitas formaban parte de una facción de la iglesia de Éfeso que creían en el Señor Jesús, pero también admitían los pecados de la carne, pues alegaban que la carne desaparecería. Eso contraría la Palabra de Dios: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.” (Romanos 8:5)
La verdad es que el tiempo ha sido nuestro gran villano, y se ha constituido en un gran enemigo, incluso en los días actuales. ¿Cuántas son las parejas que, a ejemplo de la iglesia de Éfeso, también han abandonado su primer amor? Ese amor, esa atención y cariño dedicados durante el período de la luna de miel, y que deberían naturalmente aumentar, pero lamentablemente con el tiempo se fueron enfriando. Tal vez los compromisos profesionales, la necesidad de reforzar el presupuesto doméstico, los problemas del día a día, terminan enfriando a las personas, entre sí mismas, y principalmente de Dios. ¡Eso es el principio del fin!
No hay justificación para la falta de tiempo. ¡El tiempo es una cuestión de opción!
Entonces, ¿cómo se puede hacer para resolver el problema? ¿Cuál es la solución?
La única solución es el arrepentimiento y volver al primer amor.
La mayoría de las personas (muchas incluso adentro de las iglesias) está más preocupada por el éxito personal, y la voz de Dios, muchas veces, no ha encontrado su corazón preparado, así como la buena tierra que es preparada para recibir la semilla y fructificar.
¿Y usted? Si se hace un examen sincero de su interior, ¿cuál sería su evaluación personal?
Que Dios lo bendiga.
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