Hoy en día, la mayoría de las personas está siempre quejándose del cansancio. Las causas pueden ser muchas, como anemia, exceso de trabajo, deficiencia de nutrientes. Sin embargo, existe una causa poco conocida: la fatiga adrenal. Este trastorno se ha vuelto cada vez más común y deriva directamente del estrés. Más específicamente, del estrés crónico.
Estrés agudo
Siempre estuvimos expuestos al estrés. Y todo estrés genera una respuesta. Imagínese a usted siendo un hombre de las cavernas paseando por el bosque y, de repente, encuentra un león. Su cuerpo rápidamente pasar a actuar y a liberar sustancias, como la noradrenalina y adrenalina, que hacen que la presión suba, que el pulso cardíaco aumente, que las pupilas se dilaten, en fin, hacen que uno esté listo para luchar o correr.
Además de eso, otra hormona es liberada, a partir de las glándulas suprarrenales, llamada cortisol. Esta es quien garantiza un suplemento de energía durante el estrés.
Pasado el susto, todo vuelve a la normalidad. Si usted corrió bastante y huyó, o si luchó y dominó al león, su cuerpo naturalmente deja de liberar estas hormonas y pasa a estar exactamente como era antes.
Hoy, ese león podría ser un asalto, por ejemplo. El estrés agudo no ocurre con tanta frecuencia, y nuestro organismo está bien acostumbrado a lidiar con eso. Todo el problema comienza cuando esas situaciones se vuelven repetitivas, o si usted pasa a vivir problemas sin solución a corto plazo, como la mayoría de lo que tenemos hoy: económicos, emocionales, tensión en el trabajo, ruidos, tránsito, presión social.
El requerimiento constante de las suprarrenales para producir cortisol termina por agotarlas. De allí proviene el nombre del problema: fatiga. Como el cortisol equilibra el sistema inmune, en su falta, la persona se hace más susceptible a inflamaciones, infecciones, heridas en la piel, problemas autoinmunes, alergias, dermatitis, dolores musculares y articulares.
¿Cómo resolverlo?
Existen algunas medidas que deben ser tomadas para revertir este cuadro. En primer lugar, se debe restringir el consumo de alimentos refinados, como azúcar, pan, arroz, masas blancas, siempre dando preferencia a lo integral.
Cuidado con el ayuno prolongado, por más de 3 horas, y la privación del sueño. A pesar del cansancio, el café y cualquier otro estimulante están estrictamente prohibidos. Por otra parte, la sal puede ser consumida. Los alimentos potencialmente alergénicos, como los que contienen gluten y lactinios, deben ser evitados al máximo.
Sin embargo, otros alimentos deben formar parte de la dieta, como los que contienen grandes cantidades de omega 3, cacao, té verde, frutas y vegetales con alto contenido de vitamina C, fuentes de zinc, como la semilla de calabaza, y alimentos ricos en complejo B, como los cereales integrales.
La reconquista de la disposición, de la energía, de la alegría de vivir, del peso ideal, de la libido y de la memoria configuran un organismo renovado. Nadie debe conformarse con vivir mal. Tenga muchos momentos de ocio y felicidad con las personas que ama. Haga eso por usted. Forme parte del tratamiento. Viva, para vivir mejor.
(*) Flávia Cyfer es post-graduada en Nutrición Clínica Funcional. Es consultora, directora y docente de cursos en esa área.
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