Sabemos que el Espíritu Santo es el otro Consolador. Dios-Padre fue el primer Consolador en manifestarse al ser humano. Después vino el Dios-Hijo como segundo Consolador y, finalmente, el Dios-Espíritu Santo como tercer Consolador, según la promesa del Señor Jesús, cuando dijo:
“Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni lo conoce; pero vosotros le conocéis, porque vive con vosotros, y estará en vosotros.” Juan 14:16-17
Más adelante, en ese primer discurso de despedida, el Señor Jesús, queriendo trasmitir más información al respecto de Su sustituto en dirección de sus discípulos, dijo:
“Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:25-26
Luego de terminar ese discurso de despedida, el Señor llevó a los once discípulos hacia otro lugar. Él continuó con Su segundo discurso de despedida, naturalmente, con el objetivo de la preparación de ellos para recibir al otro Consolador.
Es importante notar que el Señor Jesús enfoca la venida y el ministerio del Espíritu Santo solamente en el final de Su ministerio, probablemente para evitar que Judas Iscariote y otras personas sin preparación pudiesen recibir esas importantes informaciones. Consecutivamente, Él entra en mayores detalles sobre el Espíritu Santo, diciendo:
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” Juan 15:26
“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber.” Juan 16:7-14
La palabra consolador, (paracletos, en la escritura original griega), tiene en su raíz los siguientes conceptos: aconsejar, exhortar, consolar, fortalecer, interceder y estimular.
Fragmento extraído del libro “Misterios de la fe” del obispo Edir Macedo.