Un día usted pierde el trabajo. El otro, pierde la casa. Sin dinero y sin lugar donde vivir, la única alternativa es pedirle ayuda a sus seres queridos. Pero si son cristianos como usted, ellos estarán en la misma situación que la suya. Y si son musulmanes, tienen prohibido ayudarle. Entonces, ¿qué hacer? Trazar una ruta clandestina y huir con su familia, sin llevar absolutamente nada, incluso con niños, para comenzar una nueva vida en otro lugar.
Esto es lo que muchos cristianos están haciendo en Libia, en el norte de África, para poder huir hacia Europa. Pero el mayor desafío de estas personas es salir de sus pequeños pueblos sin ser vistas. Esto es porque en países dominados por el Estado Islámico (EI), la pregunta de los terroristas para los que están huyendo es: ¿Usted es cristiano? Quien asume la fe, paga con la propia vida.
El periódico británico Daily Mail conversó con algunos de los inmigrantes cristianos, que solo escaparon con vida después de haber fingido ser musulmanes. “Nosotros somos cristianos pero tuvimos que negar nuestra fe, o sino los pistoleros iban a matarnos, cortarnos el cuello y la cabeza”, dijo uno de los refugiados.
“Tenía amigos de Eritrea y de Egipto que fueron asesinados porque eran cristianos. Los hombres le rodean sosteniendo un Kalashnikov (fusil), y preguntan su fe. Si usted es cristiano, lo llevan lejos y lo matan. Le cortan la cabeza o le disparan. Eso es lo que ellos han hecho con centenas de cristianos”, relata un sobreviviente.
¿Qué haría usted en una situación como esta?
Cuando se vive en un país libre, es difícil imaginar la persecución sufrida por estos cristianos. Experiencias como la de estos refugiados nos hacen reflexionar sobre lo que el Señor Jesús nos enseñó. Él sabía que aquellos que Lo acepten atravesarían momentos como este.
“A cualquiera, pues, que Me confiese delante de los hombres, Yo también le confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que Me niegue delante de los hombres, Yo también le negaré delante de Mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 10:32-33)
El Señor Jesús dio Su propia vida por amor a nosotros y, al aceptarlo como Salvador, asumimos el compromiso de morir por Su nombre, si fuera necesario.
Alguien ya debe haberle preguntado si usted es cristiano, pero, probablemente, la respuesta aún no ha puesto su vida en riesgo como la de muchos que viven en ciudades que son el blanco de terroristas.
Y usted, ¿negaría su fe delante de la muerte? ¿Sería un verdadero cristiano, sin pensar en su familia, amigos, trabajo, o cualquier otra cosa que fuera dejada atrás?
Piense y reflexione. No deje de compartir su opinión en los comentarios de las redes sociales.
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