Con una frecuencia cada vez mayor, estamos siendo informados de catástrofes en varios niveles.
Grandes terremotos sacudiendo al planeta; los volcanes tienen erupciones récords; la institución de la familia está siendo quebrada y pierde importancia; el respeto por el prójimo es dejado de lado para la satisfacción personal; las crisis económicas amenazan a varios países; las sequías e inundaciones alcanzan a lugares donde eso no era común; la idolatría continúa sucediendo con fuerza en pleno siglo XXI, quitando el hecho de que nunca, en la historia de la humanidad, sucedieron tantas guerras y conflictos al mismo tiempo.
La Biblia destaca las señales del Fin de los Tiempos, y los hechos anteriores no dejan dudas de que estamos caminando hacia él.
Sin embargo, algunos aún dudan, dejando siempre para pensar en eso después. Pero ese después puede ser tarde.
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