La fuerza de Gedeón estaba en su indignación, que no estaba en su corazón sino en su mente.
En su intelecto existía la conciencia de la existencia del Dios de sus antepasados y de Sus maravillas. Un Dios Omnisciente, Omnipresente y Todopoderoso. Es decir, ¡un Dios que cumplía Sus promesas!
Por medio de sus siervos fieles y dedicados, Él liberó a tres millones de esclavos de Egipto y, a través de sus hijos, constituyó la nación de Israel. Eso suscitó la envidia y, consecuentemente, la ira de los pueblos del Oriente.
¿Cómo un grupo de esclavos podía convertirse en una Nación? Todos se volvieron en contra y no querían a Israel como nación.
¡Lo mismo sucede con nuestra Iglesia delante de las demás iglesias y religiones en el mundo!
Debido a su fe racional, Gedeón se indignó contra la situación vigente en su país. No aceptó creer en un Dios tan Grande y sujetarse a la esclavitud impuesta por los enemigos.
Su era algo que procedía de su intelecto. ¿Cómo aceptar la esclavitud si de ella un día Dios los había librado? Eso es fe inteligente.
La fe emotiva no tiene coraje para tomar actitudes, ni para sacrificar para obtener la salvación, ¡cuánto más para conquistar las bendiciones de este mundo! Es cobarde y se sujeta a las circunstancias adversas.
Pero esto no sucede cuando la fe se separa de la emoción. La fe inteligente rechaza tener una vida mezquina, miserable e indigna… Si Dios es Padre y dueño de todo el Universo, ¿cómo pueden sus hijos tener una vida sin calidad?
¿Usted cree que la fe racional, sobrenatural e inteligente acepta eso? ¡Sólo los hijos de las tinieblas lo aceptan!
Si quiere aprender más sobre este y otros temas relacionados a su vida financiera, lo esperamos este lunes a las 8, 10, 16 y 20 en Av. Corrientes 4070.
Los Cayados Iluminados
Este lunes 9 de mayo será la 3ª vez que pasaremos por el Pasillo de los Cayados iluminados. Y determinar que sus caminos se abran, así como Dios abrió el Mar Rojo en el pasado.
Una historia de vida y superación
Julia llegó a la IURD en la completa miseria. Juntaba cartón para sobrevivir después de haber perdido todos sus bienes.
“Vengo desde José C. Paz, donde hoy tengo mi negocio. Me costó mucho alquilar un local, luché durante siete años. Por una traición había perdido todo lo que tenía, casa, autos, tres negocios, plata depositada en el banco.
Llegué a mendigar y juntar cartones para subsistir. Fui la vergüenza de la familia”, contó Julia entre lágrimas, sobre el altar.
“Estaba depresiva, mi vida no me importaba, quería suicidarme. Estaba muy mal. Una mañana encontré la Iglesia Universal y con el tiempo empecé a perseverar por mí.
Luché por mi salud, me curé, cambió todo. Me siento distinta, tengo vida y esperanzas. Hace un mes que abrí mi negocio, Dios fue fiel conmigo”, finaliza esta mujer, que comprobó el poder de la fidelidad a Dios y la perseverancia en su vida financiera.
Escuche “Progreso Económico”, de lunes a viernes a las 8 por Red Aleluya, FM 106.3 y véalo a las 00:30 por América 24
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