Con certeza, no fue por casualidad que el Señor Jesucristo, guiado por el Espíritu Santo, escogió el Monte Hermón para ser transfigurado.
Veamos los siguientes puntos que confirman al Monte Hermón como el Monte de la Bendición:
• El Hermón forma parte de la historia de la conquista por Josué de la Tierra Prometida;
• El Hermón carga consigo la profecía del rey David como el monte de la Bendición y de la Vida eterna (Salmo 133:3)
• En el Hermón nuestro Señor fue honrado y glorificado por el Dios Padre delante de cinco testigos, tres terrenales: Pedro, Jacobo y Juan, y dos celestiales venidos de parte del Dios Padre: Moisés y el profeta Elías.
…y resplandeció Su rostro como el sol, y Sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Mateo 17:1-6; Marcos 9:2-7
• El Hermón reúne condiciones para ser el Monte singular. Sea desde el punto de vista físico, sea espiritual. Desde el punto de vista físico, es los ojos de Israel. Ninguna aeronave entra en el espacio aéreo de Israel sin ser identificada desde el Hermón. Toda la defensa de Israel depende de este alto Monte;
• En él nacen tres ríos que forman el río Jordán. Todo el abastecimiento de agua en Israel depende del monte Hermón. Sin el Hermón, Israel no existiría. La Mano Divina tuvo cuidado para que la promesa hecha a Abraham se cumpliera con leche y miel en medio del desierto;
• Creemos también que las tres nacientes del Hermón simbolicen la Santísima Trinidad y culminen en la representación de Un solo Dios (Río Jordán).
Esos son los motivos por los cuales estaremos en este monte el 26/8/18, unidos en una sola fe, en un solo Espíritu y en el Nombre de Un solo Dios bendiciendo a los que creen con la Bendición profética del Espíritu Santo y con la Vida Eterna, conforme a la profecía del rey David que dice:
Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el Señor la Bendición (Espíritu Santo), la vida para siempre (Vida Eterna) Salmos 133:3