Como ya hemos dicho, hay una frase muy común por ahí que dice: “Todos son hijos de Dios”. Nosotros hemos probado que no es así, y durante los 7 domingos que quedan hasta fin de año vamos a decirle cada domingo una verdad sobre los hijos de Dios.
“(…) los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban (…) Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la Tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal”.
La primera vez que la Biblia cita “hijos de Dios” es para señalar lo mucho que se habían corrompido por los malos pensamientos.
En ese tiempo antes del diluvio, la maldad humana se multiplicó. Los hombres y las mujeres habían perdido totalmente la imagen y la semejanza de Dios. Y esa maldad había alcanzado al corazón y a la mente de todos de manera generalizada, excepto a Noé y a su familia. Noé era un hombre que temía a Dios, que andaba con Él, tanto es así que Dios le encomendó la construcción del arca antes del diluvio para que fueran salvos él y su familia. Hoy podemos vivir cómo Noé, en un mundo sucio, pero obedeciendo la Palabra de Dios.
Aquí está la 1ª Verdad sobre los hijos de Dios:
El hijo de Dios no cultiva malos pensamientos.
Entonces le pregunto: Los que critican y hablan mal de los demás, ¿son hijos de Dios?
Cuando vienen los malos pensamientos los hijos de Dios dicen: “¡está atado!”, y alaban a Dios y los malos pensamientos se van.
Claro que a todos les vienen malos pensamientos. Sin embargo, quien es hijo de Dios no cultiva, mantiene ni alimenta malos pensamientos. Quien es hijo de Dios busca pensar como Dios.
Pensar es una elección, una acción. En lo que pensamos nos convertimos.
La Biblia dice: “Ciertamente será como lo he pensado…” (Isaías 14:24).
Quien es hijo de Dios siempre piensa como Dios. “… todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto piensen” (Filipenses 4:8).
Si usted piensa cosas malas se va a transformar en una mala persona. Si usted piensa cosas positivas se va a transformar en una persona positiva, y si piensa cosas negativas en alguien negativo.
Por eso, quien es o quiere ser hijo de Dios, que expulse y rechace los malos pensamientos y toda la malicia de su mente y de su corazón.
El diablo es así, le trae a la persona el pensamiento de que no la quieren, usted tiene que pensar que el Señor Jesús lo quiere y que dio Su vida por usted.
Muchas iglesias nos han ocultado la Biblia para que no la conozcamos. No la conocíamos, conocíamos solo dogmas y doctrinas religiosas.
Por eso usted debe tener y leer la Biblia, para no ser manipulado por nadie sino guiado por la Palabra de Dios. La Biblia no dice que todos son hijos de Dios, solo son hijos de Él los que son guiados por Su Espíritu.
La Palabra hace que estemos firmes, nos lava, nos hace nuevas criaturas. Cuando usted no solo conoce, sino que conoce y practica la Palabra de Dios, pasa a ser un hijo de Dios. Que todos son hijos de Dios es un cuento.
Si la persona tiene malicia, malos pensamientos, hace comparaciones, no tiene nada que ver con Dios por más que sea miembro u ocupe un cargo en la iglesia. Debemos tener los pensamientos de Dios.
No estamos señalando a nadie, porque cada uno tiene que saber de su propia vida.
Cierta vez un hombre le dijo a un sabio que lo observaba todos los días, cómo caminaba, cómo salía y cómo volvía a su casa, porque quería ser como él, y le pidió que lo aconsejara en cómo ser sabio. ¿Sabe cuál fue el consejo del sabio? “Ve a vivir tu vida en vez de estar mirando la vida de los demás por la ventana”. Debemos cuidar nuestra vida porque hay mucho para corregir.
Recuerde:
El hijo de Dios no cultiva malos pensamientos.
Por eso, quien es o quiere ser hijo de Dios, que expulse y rechace los malos pensamientos y toda la malicia de su mente y de su corazón.
Piense en eso.
Dios le bendiga.