¡2° Domingo pasando por el Santuario de los Milagros, en el Templo de los Milagros, por la Mayor Promesa de todas: el Espíritu Santo!
Cuando recibimos el Espíritu Santo tenemos certeza, paz y alegría, porque fuimos perdonados. Cuando Lo recibimos, Él testifica en nuestro espíritu.
En la Biblia hay más de 23.000 Promesas, pero hay una que corona todas las demás, que es que seas lleno del Espíritu Santo.
Las bendiciones de Dios se alcanzan por la obediencia, y nadie, ni el dinero, políticos o religión, te las pueden dar.
Conocimos casos verídicos de cristianos de Senegal, héroes de la fe, que no se basan en las emociones sino en la Alegría Genuina del Espíritu Santo y nos hacen preguntarnos: “¿Y si tu fe en Cristo te costara la vida?”
Amar su Alma es valorar Su Salvación.
Sé que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien en su vida; además, que todo hombre que coma y beba y vea lo bueno en todo su trabajo, eso es don de Dios. Sé que todo lo que Dios hace será perpetuo; no hay nada que añadirle y no hay nada que quitarle; Dios ha obrado así para que delante de Él teman los hombres. Eclesiastés 3:12-14
El Bien que nos hacemos es cuidarnos a nosotros mismos y a nuestra alma. Si los demás no quieren obedecer, es decir, andar con Dios, es la decisión personal de ellos. Él quiere ser tu Pastor, pero no te va a obligar.
Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Efesios 2:19-22
Para Dios no hay extraños ni extranjeros, o sea, no importan los orígenes sino el presente. Él nos enseña a vivir una fe bíblica-inteligente, con Jesús como nuestra Piedra Angular.