Bajo el lema “Los bosques, para las personas” se pretende recordar que de ellos depende gran parte de nuestra supervivencia y la de un número incalculable de especies y animales.
La gestión ordenada de sus recursos, la limpieza de los montes para combatir la propagación de incendios y también para producir energía renovable, las repoblaciones certeras y el turismo controlado son algunas de las acciones que ayudarán a conservar y mejorar la salud de nuestros bosques.
La Organización de las Naciones Unidas declaró al 2011 como el Año Internacional de los Bosques y el presidente de ese órgano de la ONU, Joseph Deiss, destacó la importancia de las áreas forestales para la subsistencia humana.
“Centenares de millones de personas, fundamentalmente en los países en desarrollo, dependen de los bosques para su vida cotidiana… son el pulmón del planeta; sin embardo, cada minuto que pasa desaparecen unas 25 hectáreas de floresta”, dijo Deiss.
Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), los bosques representan más del 30 por ciento del territorio y contienen el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta, pierden anualmente, unas 13 millones de hectáreas, una superficie equivalente a la provincia de La Pampa, o a un país como Grecia.
A pesar de que muestra signos de desaceleración a nivel mundial, el ritmo actual de deforestación sigue siendo un motivo de grave preocupación para América Latina y el Caribe.
La lista de los diez países con las mayores pérdidas neta de bosques en la última década incluye el Estado Plurinacional de Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela, con una pérdida combinada de 290.000 ha/año. Estos países, junto con Perú, México, Colombia y Ecuador, constituyen áreas críticas de la deforestación en la región
Su enemigo: los incendios No solo las talas ilegales acrecentan la deforestación. Los incendios también provocan graves daños irreversibles: contaminan el suelo, el agua y el aire que respiramos y causan grandes pérdidas económicas. Erradicarlos del todo no es posible pero sí lo es mitigarlos. Para prevenirlos es vital crear y mantener cortafuegos, evitar las repoblaciones masivas de especies inflamables y limpiarlos de la maleza.
Depósitos de energía
Las toneladas de materia orgánica que provienen de la limpieza de los bosques pueden reutilizarse para conseguir energía. Ayudan a mantener sanos los bosques y evitar el desbroce masivo con el único objetivo de conseguir materia prima para obtener riqueza