A las 3 de la mañana del pasado sábado 20 de septiembre, una vez más, miles de personas se acercaron al Templo de la Fe, ubicado en Almagro, para participar de la última de las tres vigilias del Espíritu Santo.
El obispo Djalma habló sobre la necesidad de entregarse al Señor Jesús de forma práctica y usó como ejemplo la historia de Saulo de Tarso: “¿Usted le daría un puñetazo a la punta de un cuchillo? Tal vez usted esté haciéndolo y no lo sepa. Es cuando se insiste en algo que mañana nos va a perjudicar.
La Biblia habla de un hombre que no solo perseguía a los cristianos, sino que también consentía con sus muertes. Con él, el Señor Jesús no tuvo que hablar varias veces. Habló una sola vez, y él se sometió.
‘Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.’, (Hechos 9:5-6).
Después, a pesar de su pasado, él fue lleno del Espíritu Santo. Todo eso sucedió porque él se rindió al Señor Jesús de forma práctica, no teórica. Él oyó, obedeció, y fue lleno del Espíritu Santo.
‘Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que Se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.’, (Hechos 9:17-18)”.
Luego, invitó a los presentes a entregar su vida a Jesús, acercándose al Altar. Finalmente, luego de buscar la presencia de Dios y alabarlo, todos se fueron a sus casas con la paz y la alegría que solo el Espíritu Santo puede darles.
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