Hoy vivimos el 3° domingo con la Unción de la Respuesta Divina, donde niños y adolescentes fueron consagrados en el Altar del Templo de los Milagros.
Por boca de los infantes y de los niños de pecho has establecido tu fortaleza, por causa de tus adversarios, para hacer cesar al enemigo y al vengativo. Salmos 8:2
El significado de la palabra diablo es “acusador”, y nosotros estamos en deuda con él cuando estamos en pecado, ya que este cobra, y el pago es con la muerte.
De la misma manera, también estamos en deuda con Dios cuando no reconocemos nuestros errores.
Cuando evangelizamos, cantamos y nos incluimos en las actividades de la Iglesia, estamos siendo cuerpo del Señor en su iglesia.
No tenemos que esperar que la otra persona busque reconciliación, sino que debemos perdonar nosotros sin guardar rencor, y haciendo eso, venceremos al mal.
Aunque no sintamos el deseo de perdonar, lo tenemos que hacer por obediencia al Señor.
Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les respondió*: Sí, ¿nunca habéis leído: «De la boca de los pequeños y de los niños de pecho te has preparado alabanza»? Mateo 21:15-16
Cuando Jesús nos extiende su mano, no es para condenar, sino para levantarnos y guiar nuestros pasos.
El mal se pone indignado cuando atribuimos la Honra y la Gloria para Dios.
El Bautismo en las Aguas es para sepultar nuestra antigua criatura; los niños no tienen vieja vida porque no tienen un pasado del cual arrepentirse, ya que son puros.
El ser humano es pecador por naturaleza, incluidos los niños, solo que, a diferencia de los adultos, no lo hacen conscientemente.
En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos? Y Él, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe. Mateo 18:1-5
El sueño de Dios es ser padre de todos, pero eso es decisión de cada adulto.
El bautismo con el Espíritu Santo es cuando el Espíritu de Dios entra dentro nuestro, y nos da Paz, Amor, Alegría, Dominio Propio, etc.
Dios nunca nos va a dar motivos para deshonrar Su Palabra; Él espera que nos convirtamos en hijos suyos.
Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Juan 15:26
No importa quien hayamos sido; después de bautizarnos en las aguas, saldremos como un niño con vida nueva.
Por tanto, tened buen ánimo amigos, porque yo confío en Dios, que acontecerá exactamente como se me dijo. Hechos 27:25
Debemos tener buen ánimo todo el tiempo, independientemente de lo que vemos y sentimos.
Los malintencionados nunca dejarán de existir, pero siempre van a tener consecuencias, no de parte del hombre, sino de Dios.
No tenemos que confiar en la palabra de incrédulos, sino en la Palabra que no falla: la de Dios; todos los que La obedecen obtendrán beneficios.