Por lo regular, las hemorragias nasales resultan molestas y alarmantes, pero rara vez se trata de un problema grave. No obstante, hoy en día, éstas se han convertido en una de las consultas más frecuentes para los otorrinos, pues ¿quién no las ha padecido y se ha preocupado al sentir o ver salir sangre de su nariz?
De acuerdo con los expertos, hay dos tipos de hemorragia nasal: anterior y posterior. La primera se produce en el interior de la nariz, y es la más frecuente de las hemorragias, ya que al romperse los diminutos vasos sanguíneos que se localizan en esta área, se producen los sangrados.
La hemorragia posterior se origina en la parte más profunda de la nariz y por lo regular se presenta en personas mayores con problemas de hipertensión o en aquellas que han sufrido alguna lesión en la nariz. Éstas son menos frecuentes, pero las que mayor atención médica requieren.
Entre las causas de las hemorragias nasales:
– La exposición a los contaminantes químicos del aire en las grandes ciudades,
– La inhalación de humo de tabaco.
– La disminución relativa de la humedad.
– El uso de aire acondicionado y de calefactores.
– El resfriado común o gripe.
– El abuso de medicamentos tópicos para descongestionar la nariz.
Las múltiples causas originan una disminución en el contenido total de moco, el cual se compone de un 96% de agua y un 4% de glucoproteínas, lo que produce aumento en la viscosidad del mismo y la disminución del movimiento ciliar, (los vellitos de la nariz), es decir, se produce un estancamiento de las secreciones, lo que facilita la proliferación de bacterias e incluso de infecciones.
Por todo esto, las personas que padecen resequedad nasal, experimentan la sensación de un cuerpo extraño dentro de su nariz, por ello caen en un círculo vicioso: comezón, manipulación, sangrado y costras.
La mayoría de las hemorragias nasales a causa de la resequedad son fáciles de tratar, pero para prevenirlas. Si se siente la mucosa seca, no se debe intentar desprenderla con el dedo, lo recomendable es aplicar un humectante nasal a base de Cloruro de sodio-glicerol, que alivia la resequedad, pues humecta y lubrica y cuyo uso no causa efectos secundarios en ninguna persona. Después de dejarlo humectar se debe sonar suavemente.
Hay casos en que el tratamiento requiere de la ayuda médica:
– Cuando la hemorragia nasal no cede.
– Cuando se repite varias veces durante el día.
– Cuando la cantidad de sangre es importante y fluye con rapidez.
– Cuando se desencadena a causa de un golpe.
– Cuando hay problemas para respirar.
– Cuando la persona se siente cansada y sin energía para realizar tus actividades diarias.