Mientras algunos hombres de la ciencia declaran, presuntuosos, que no creen en Dios, muchos de sus colegas no solo creen sino que usan la inteligencia para probar que mucho de lo que está en la Biblia es verdad. Aunque para muchos es suficiente que esté escrito para creer en ella, otros se animan por esos descubrimientos y perciben que el Divino no está excluido de la naturaleza solamente porque algo puede ser explicado físicamente.
En todo momento, nuevos descubrimientos comprueban las Escrituras. Grandes nombres de la ciencia, a lo largo de las eras, partieron de la Biblia para investigar el cosmos y nuestro planeta, al igual que sus fenómenos; sin dejar de lado la sumisión a Dios. Son físicos, médicos, astronautas, astrónomos, navegadores, biólogos, arqueólogos, filósofos, matemáticos, geólogos, oceanógrafos, ingenieros y otros más que, a pesar de que sus mentes sean brillantes, saben que Alguien muy superior es el responsable por el origen de todo lo que existe.
Conozca 5 descubrimientos que comprueban algunas informaciones de la Biblia:
Mucho antes de las grandes navegaciones y de que el mundo submarino sea explorado, el rey David ya hablaba de “caminos en los mares” en la Biblia:
“Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de Tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar.” Salmos 8:4-8
Esas “sendas” llamaron la atención de un importante oficial de la Marina de Estados Unidos en el siglo 19. Partiendo del fragmento de los Salmos, Matthew Maury, investigador marítimo y navegador, descubrió “ríos submarinos”, las corrientes marinas que hoy conocemos y que influyen en la naturaleza por donde pasan. ¿Cómo sabía eso un simple pastor de ovejas de la Antigüedad, sino no hubiera sido por la inspiración de Dios? Maury, nieto de un pastor cristiano, confió en eso y entró en la Historia como un competente marinero, astrónomo, historiador, oceanógrafo, meteorólogo, cartógrafo, escritor, geólogo y uno de los profesores más respetados.
Babilonia, un importante reino del Antiguo Testamento, subyugó a los israelitas y los esclavizó durante décadas. En aquel país Daniel se destacó por su fe, haciendo que los reyes admitieran que solo el Dios único era real.
Aun así, muchos estudiosos alegaron que Babilonia era un reino ficticio, fruto de una “mitología” bíblica, hasta que los arqueólogos encontraron varios indicios de su existencia a través de objetos que comprobaron el texto bíblico y, más tarde, encontraron a la propia ciudad-estado que fue una de las más poderosas en su época en el mundo hasta entonces conocido, ubicada en el actual territorio de Irak. Algunos de esos objetos están expuestos al público en famosas instituciones de ciencia y de historia, como el Museo de Arqueología Bíblica Paulo Bork, en Engenheiro Coelho (como la tabla de barro de la foto), São Paulo, y en los museos europeos de Louvre – en París, Francia – y el Británico – en Londres, Inglaterra –, solo para citar algunos.
El formato de nuestro planeta ya no es novedad ni siquiera para los niños en edad preescolar. Pero, ¿cómo lo sabían los seres humanos de los tiempos bíblicos cuando los viajes especiales, los telescopios y los satélites estaban tan lejos de la realidad?
“El está sentado sobre el círculo de la Tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.” Isaías 40:22
Aunque muchos teorizan que la Tierra era una esfera milenios después de Isaías, recién en el siglo 15 grandes navegantes como Cristóbal Colón lo aprobaron en la práctica, confirmando una vez más que la Biblia estaba en lo cierto y por encima del entendimiento humano de la naturaleza.
Mucho antes de los vastos conocimientos sobre el cuerpo humano, el sabio Salomón ya decía en sus Proverbios:
“Comer mucha miel no es bueno, ni el buscar la propia gloria es gloria.” Proverbios 25:27
La salud era una cuestión divina para los israelitas. No solo era importante para la supervivencia de un reino, sino que también era cuestión de honrar la vida que Dios Les daba a todos, sagrada, y por eso debía mantenerse como la dadiva que era.
Hoy la ciencia no esconde de nadie que consumir carbohidratos en exceso aumenta las probabilidades de diabetes. El aumento anormal de la glucosa en la sangre, que causa serios problemas de salud, le abre las puertas a otras complicaciones; compromete mucho la calidad de vida y puede llevar a la muerte.
Salomón usando la sabiduría que Dios le había regalado, ya aconsejaba que su pueblo respete eso.
David es una de las figuras más importantes de la Historia, no solo de Israel sino también del mundo. Aun así, muchos defendieron que él fue un héroe inventado tan solo para “levantar el ánimo” de los israelitas.
Pastor, músico, guerrero y rey, fue uno de los grandes responsables por la imponencia que Israel conquistó, pero siempre se puso como siervo de Dios, por encima de todo, aunque había cometido fallas– y también por eso es, entre nosotros, uno de los mayores ejemplos de misericordia de Dios.
Mientras tanto otros científicos decepcionaron a aquellos escépticos. Un grupo de arqueólogos encontraron (y continúan encontrando) indicios de la existencia de uno de los reyes más importantes de la Historia (como los objetos que se ven en la foto), asistidos por modernos métodos tecnológicos que permiten excavaciones detalladas en los lugares en los que el monarca vivió o transitó.
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