Los conductores del programa “La Escuela del Amor” y autores del libro “Matrimonio Blindado”, Renato y Cristiane, suelen decir que el matrimonio feliz da trabajo.
Un arduo trabajo, por cierto, en el cual es necesario el empeño de ambas partes para que, de hecho, hagan valer el “felices para siempre”.
No son pocos los obstáculos que surgen en el día a día de la vida de pareja y que amenazan la convivencia armoniosa, pero aquí tenemos una lista con los 5 principales que la pareja debe conocer, entender y aprender a lidiar con cada uno de ellos, para, entonces, vencerlos. De esa manera construirán una relación sólida, saludable y feliz.
1-Falta de conocimiento bíblico sobre el matrimonio
Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, los hizo para que sirvieran uno al otro. El papel del marido es cuidar, proteger, suplir las necesidades de la esposa, materiales y emocionales. La esposa, por otro lado, tiene el papel de auxiliar al marido, ayudarlo.
Cada uno debe ejercer su papel, sin preocuparse si otro lo está cumpliendo, es fundamental para una relación feliz. Después de todo, el que da recibe. Eso también es bíblico. Naturalmente, cuando usted agrada a la otra persona, sin duda ella tendrá el placer de retribuirlo. Cuando usted hace su parte, el otro, tarde o temprano será estimulado (por su propia conciencia) para hacerlo también.
Para Renato, la primera ley para una relación feliz es no apartarse de Dios. “Cuanto más lejos ustedes estén de Dios, más lejos estarán uno del otro y de la felicidad conyugal. Cuanto más cerca esté de Él, más cerca estará de quien usted ama y de la felicidad. Imagínese un triángulo en el que usted está en una punta de la base y la persona que usted ama en la otra punta. En la cumbre del triángulo está Dios. Con Él están todos los atributos de un verdadero amor: respeto, amistad, cariño, justicia, fidelidad. Cuando usted y su pareja se acercan a la punta superior del triángulo, es decir, a Dios, ustedes se acercan más uno al otro y del verdadero amor”, explica.
2- Diferencias entre el hombre y la mujer
Los hombres y las mujeres son completamente diferentes, no solamente en el aspecto físico, sino, principalmente, en el aspecto psicológico y emocional. Por no entender y no saber lidiar con esas diferencias, la mayoría de las parejas vive en conflicto.
Los hombres son más racionales, las mujeres más emotivas, con algunas excepciones. El gran error es esperar que el otro reaccione o actúe como uno actuaría. Al hombre, cuando está triste o preocupado, normalmente le gusta estar solo. La mujer, quiere desahogarse, sacar afuera aquel torbellino de sentimientos que la sofocan.
En situaciones como esta, el conductor aconseja:
“Usted, hombre, puede hacer más el papel de padre cuando su mujer está teniendo berrinches: “Ven, déjame darte un abrazo… todo va a estar bien.” Y, cuando usted tenga sus momentos grises, sentirse un poco más a gusto de contarle a ella lo que lo está incomodando en ese momento- por lo menos para que ella no imagine cosas. Usted, mujer, puede aprender a darle más espacio a su marido, entender que él aprendió a consolarse solo desde niño y que no lidia muy bien con la exhibición de sus sentimientos, porque ve eso como debilidad. Esto también debe servir como consejo para que usted no derrame toda su carga emocional sobre él cuando está estresada.”
3- Comunicación
Renato Cardoso explica que buscar entender el punto de vista del otro, aunque no esté de acuerdo con él, es fundamental para una comunicación eficiente. “No espere un buen resultado en una conversación en la que usted mantiene una postura cerrada y defensiva, tono de voz sarcástico, suspiros audibles. Mantenga siempre en mente que su pareja no es su enemigo. Su objetivo es terminar bien la conversación. Estar abierto al diálogo es un requisito previo para que eso suceda. Busque comunicarse con su cónyuge de manera respetuosa y clara. Un lenguaje corporal más abierto y receptivo es un secreto para una buena comunicación. El cuerpo habla y nunca miente. Esté atento a su lenguaje corporal.”
4- Influencias externas
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Génesis 2:24
“Si tenemos que dejar a las dos personas a las que estamos más apegados desde que nacemos, para convertirnos en una sola carne con el cónyuge, ¿qué dirá de los demás?”- pregunta Renato, en su blog.
Sin embargo, lo que más hemos visto es parejas que dejan que el hijo, el hijastro, los amigos reales o virtuales, la suegra, el padre, el hermano, el exnovio, la exesposa interfirieran y perjudiquen el matrimonio.
“Reevalúe a las personas que usted deja entrar en su vida. Considere con quien interactúa socialmente y en las redes sociales. Desapéguese de las personas que lo separan del amor. Deje a las personas que lo alejan de Dios. Despréndase de quien le hace mal”, aconseja.
5- Diferentes objetivos
Si dos personas tienen objetivos de vida diferentes, no importa cuánto se amen, jamás podrán permanecer juntas. Llegará un momento en el que fatalmente se separarán, si están caminando en direcciones opuestas.
Para aprender a construir una relación feliz y duradera, participe en la Terapia del Amor, que se realiza todos los jueves a las 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070, o consulte aquí las direcciones de las iglesias donde se lleva a cabo la terapia.
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