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Entender que la dependencia del familiar no es falta de carácter, desvío de conducta o cuestión de comportamiento, sino un espíritu que domina la mente del adicto.
Sabiendo eso, se pasa a entender que la batalla es estrictamente espiritual y que la familia debe luchar con todas sus fuerzas para librar a su familiar del dominio de ese espíritu.
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No esperar a que el dependiente pida ayuda para comenzar a actuar. Incluso porque la mayoría de las veces, él dice no querer ayuda o niega su adicción, lo que deja a la familia imposibilitada de actuar, ya que todos los tratamientos exigen que el dependiente esté presente.
El “Tratamiento para la Cura de los Vicios” es el único tratamiento en el que la familia puede buscar la cura sin que el dependiente esté presente.
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Nunca dejarse influenciar por las palabras del dependiente, como “yo no quiero ayuda”, “me gusta consumir y no voy a dejar de hacerlo”, “consumo porque quiero y lo dejo cuando quiero”, “no sirve buscar ayuda, porque yo no voy a dejar de consumir”…
Esas palabras, por más convincentes que sean, son influenciadas por el espíritu del vicio para que la familia se desmotive de luchar. Lo mejor a hacer es esperar el momento adecuado para convencerlo de venir al tratamiento. Y eso sucede cuando él comienza a darse cuenta de sus pérdidas y daños. Lo que la familia puede hacer es ayudarlo a darse cuenta de eso.
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Diferente a lo que muchas familias hacen, el dependiente debe ser tratado con amor y comprensión. Evite acusarlo o condenarlo por sus prácticas. Por más difícil que sea hacerlo, es la única manera de mantenerlo unido a la familia, pues cuando se actúa de forma contraria, finalmente se lo aleja, situación esta que crea una barrera entre él y la familia y hace que se sienta acogido por otros dependientes que también enfrentan las mismas dificultades familiares.
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No conformarse con la idea difundida por los tratamientos de que el vicio no tiene cura y que usted tendrá que convivir con su familiar adicto por el resto de la vida.
¡Eso no es verdad!
Y solo sirve para desanimar a la familia de luchar por el dependiente.
¡El Tratamiento para la Cura de los Vicios ha probado que los vicios tienen cura!
¡Ya son miles las personas curadas definitivamente!
Lo que la familia necesita hacer es venir al Tratamiento, creer, perseverar y obedecer. Así, tendrá de vuelta a su familiar transformado.
El Tratamiento de la Cura de los Vicios sucede todos los domingos a las 15 h en Avenida João Dias, 1800 – Santo Amaro – SP, y también en todas las Universal.
Para más informaciones ingrese a: www.viciotemcura.com
Colaboró: Obispo Rogério Formigoni