La Salvación debe cultivarse constantemente para mantenerla. Infelizmente, hay personas que no toman los debidos cuidados para mantenerla, y la consecuencia de eso es la muerte espiritual.
En todo el Nuevo Testamento, registrado en la Biblia, encontramos consejos valiosos de los apóstoles para alcanzar ese objetivo. Algunas de esas direcciones vienen a través de Pedro, uno de los 12 discípulos de Jesús. En el libro de 2 Pedro, capítulo 1, versículo del 5 al 7, él deja 7 consejos para quien desea alcanzar la Salvación. Vea cuáles son:
1) Pedro pidió que apliquemos toda nuestra fuerza para unir nuestra fe con la virtud. La virtud es la voluntad natural que una persona tiene de practicar el bien, de hacer lo correcto. Por eso, es fundamental que nos esforcemos para actuar de acuerdo con los mandamientos de Dios. En la vida del cristiano debe existir un compromiso con la fe en el Señor Jesús:
“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud…” 2 Pedro 1:5
2) Después tenemos que unir a nuestra virtud el conocimiento de las informaciones relacionadas con Dios. Por medio del conocimiento logramos entender cuáles son las voluntades del Altísimo con la humanidad. Comprendemos lo que Dios espera de nosotros y cómo podemos servirlo adecuadamente:
“…a la virtud, conocimiento…” 2 Pedro 1:5
3) También es extremadamente importante que el cristiano tenga el dominio de sí mismo, uno de los frutos del Espíritu Santo, porque en la Tierra hay una constante batalla entre la Luz y las tinieblas. Si mantenemos el dominio propio no cederemos al diablo, sino que viviremos como Cristo desea y orienta en Su palabra:
“…al conocimiento, dominio propio…” 2 Pedro 1:6
4) Sin embargo, si no hay perseverancia en todo eso, una persona no se podrá mantener en los caminos de Dios. El trayecto que el Reino de los Cielos exige es muy difícil, “estrecho” (con las palabras del Señor Jesús), por lo tanto, sin persistencia, sin resistir a las tentaciones y mantener viva la fe en el Altísimo no será posible alcanzar el resultado anhelado:
“…al dominio propio, paciencia…” 2 Pedro 1:6
5) El Reino de Dios está basado en la buena relación entre las personas. Por eso, Pedro también agrega a la lista, la paciencia. La persona paciente tiene empatía con las demás personas, sabe vivir en sociedad respetando a los demás y las leyes; es gentil y sabe perdonar a aquellos que se equivocaron con ella. Además, esos son dos de los consejos del Señor Jesús: amar al prójimo como a sí mismo (Marcos 12:33) y perdonar tanto como sea necesario (Mateo 18:21-22)
“… a la paciencia, piedad…” 2 Pedro 1:6
6) Por eso, es importante que las personas sepan vivir en comunión entre sí y el Creador. La vivencia en el Reino de Dios está basada en la fraternidad entre todos – lo opuesto al sentimiento egoísta predicado en este mundo:
“a la piedad, afecto fraternal” 2 Pedro 1:7
7) El último consejo – pero, no menos importante – de esta lista es tener amor – por las personas y por Dios. El mundo no sabe lo que es amor, por eso hay tanta hambre, miseria y violencia esparcidas por allí. Ese amor es en el sentido de tener conciencia de la importancia que hay en promover el afecto, la protección, la consideración, el respeto, el entusiasmo, el deseo de hacer el bien, por el Reino de los Cielos:
“…y al afecto fraternal, amor.” 2 Pedro 1:7
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