ES DIFÍCIL CAMBIAR a un país donde el pueblo se preocupa más cuando el país cae en el ranking mundial de fútbol que cuando es el penúltimo en el ranking de la educación*.
Yo, sin embargo, insisto en creer que podemos cambiar lo que está ahí. Pero el cambio tiene que comenzar por dentro, en la mente del brasileño. Tenemos que seguir el consejo: “En vez de quejarse, haga algo para resolverlo”. Si cada uno cree y hace un poco para mejorar en vez de solo estar maldiciendo a Brasil y al brasileño, ya será un gran avance.
Avance que, claro, solo puede comenzar con el orden en la manera de pensar.
Despierta, Brasil… quiere decir, brasileño.
*Brasil es actualmente 1º en el ranking de la FIFA y 35º en el ranking de la educación entre 36 países, adelante solo de México.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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