Toda sociedad necesita un conjunto de leyes para organizarse en todos sus aspectos. En Argentina, por ejemplo, el Código Civil y Comercial de la Nación es el cuerpo legal que reúne, desde 2015, las bases del ordenamiento jurídico en materia civil y comercial. Entró en vigencia el 1 de agosto del año pasado y reemplazó al Código Civil de 1869 y al Código de Comercio de 1862.
Con 2671 artículos, es el conjunto de leyes que afectan a las personas, los bienes, los modos de propiedad, las obligaciones, los contratos y las relaciones mercantiles entre individuos o empresas.
Pero el origen de este ordenamiento jurídico se remonta en el tiempo, mucho más atrás del derecho romano, hasta los tiempos bíblicos, cuando el patriarca Moisés se encontró con Dios en el monte Sinaí: “Y descendió el Señor sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó el Señor a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.”, (Éxodo 19:20).
Allí, Dios le dio 10 normas que sentaron las bases del comportamiento que tendría que tener el pueblo para mantener su relación con Él y con su prójimo, según están escritas en los versículos del 3 al 17 del capítulo 20 del libro de Éxodo.
1.- No tendrás dioses ajenos delante de Mí
2.- No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo soy el Señor tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientos.
3.- No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare Su nombre en vano.
4.- Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para el Señor tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó.
5.- Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da.
6.- No matarás.
7.- No cometerás adulterio.
8.- No hurtarás.
9.- No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
10.- No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Importancia para toda la humanidad
En un video publicado en el blog del obispo Edir Macedo, el locutor estadounidense Dennis Prager explica la importancia que tienen los Diez Mandamientos para toda la humanidad: “Ningún documento en la historia cambió el mundo para mejor como los Diez Mandamientos.
La civilización occidental, que desarrolló los derechos humanos universales, creó igualdad para las mujeres, terminó con la esclavitud y creó la democracia parlamentaria, entre otras tantas conquistas, no se habría desarrollado sin ellos.
Son tan relevantes, que los Diez Mandamientos es lo único que se necesita para crear un mundo mejor, libre de tiranía y crueldad.
Imagine un mundo en el que no hubiese homicidio o robo. En ese mundo no tendríamos necesidad de ejércitos, policía o armas. Hombres, mujeres y niños podrían andar libremente por la calle a cualquier hora sin miedo a que los maten o asalten.
Imagine un mundo en el que nadie codicie los bienes del prójimo, un mundo en el que los niños honren a sus padres y la unidad familiar prospere, un mundo en el que la gente no mienta… La receta para un mundo mejor está allí, en estos sublimes Diez Mandamientos”.
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