“Estos confían en carros, y aquellos en caballos; mas nosotros del nombre del SEÑOR nuestro Dios tendremos memoria. Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.” (Salmos 20:7-8)
Por la confianza que tenemos en Dios, nos mantenemos de pie. Mientras que los que confían en sus propias condiciones, se arrodillan delante de los problemas y caen, nosotros somos sustentados por el resultado de nuestra actitud de fe. Claro que estos caen. Los que confían en las condiciones humanas están sujetos a las condiciones humanas.
Su fe es la que va a determinar lo que se realizará en su vida. Mantenga firme su confianza en Dios, y tendrá la garantía de la victoria, sea cual sea la situación enfrentada. Aunque aumente la intensidad del fuego adentro del horno en el que usted fue lanzado; aunque esté en una cueva con leones hambrientos; aunque sea acorralado por el enemigo delante del mar, usted permanecerá de pie y la victoria será inevitable. La fe sobrenatural provoca la respuesta sobrenatural.
Pero, si decide andar por lo que ve, confiando en sus condiciones, poniendo su fe solo en sus fuerzas, es de ellas que usted dependerá. El resultado, entonces, será natural. Quien depende solo de lo natural no puede esperar que suceda lo sobrenatural. La fe es locura. Es confiar en lo que no se ve. Es creer en lo que aún no vino a la existencia. Es la fuerza capaz de mantenernos de pie.
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Mantenga firme su confianza en Dios. La fe sobrenatural provoca la respuesta sobrenatural.
(*) Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo
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