¿Usted ya observó como el Señor Jesús evaluaba a las personas que aparecían en Su camino?
Durante Su jornada como Mesías en la Tierra, encontró personas que abiertamente traslucían una vida equivocada, como, por ejemplo, un cobrador de impuestos avaro y una mujer adúltera.
Pero cuando pensamos en la actitud del Señor Jesús delante de esas personas, comprendemos algo interesante. Primero, veamos el contexto de algunos ejemplos:
– Una mujer poseída: “Y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios.” (Lucas 8:2)
María Magdalena, según la Biblia, fue una mujer oprimida por espíritus malignos antes de conocer al Señor Jesús.
– Un cobrador de impuestos que no tenía la Salvación: “Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.” (Lucas 5:27-28)
Leví, que era un recaudador de impuestos, dejó todo y siguió al Señor Jesús. Sin embargo, poco después, decidió hacer una gran fiesta, llena de publicanos y “pecadores” en su casa, e invitó al Señor Jesús para participar – Jesús aceptó la invitación. Cuando fue criticado por la decisión, Él respondió que no ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
– Una mujer adúltera: “Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.”
La mujer samaritana con quien el Señor Jesús conversaba en este pasaje bíblico era adúltera. Él lo sabía. Sabía que, en realidad, ella adulteraba con el marido de otra mujer.
El potencial de cada persona
Cuando Jesús tenía el primer contacto con una persona que no vivía conforme a los consejos de Dios, en ningún momento se ponía en el lugar de un juez que condenaba.
Él no miraba quien era la persona en aquel momento, sino quien podía llegar a ser. El Señor Jesús veía el potencial específico de cada persona.
Por medio de Él, todos tienen derecho a la Salvación. Además: todos tienen derecho sobre las elecciones que conducirán el destino del alma: el Reino de Dios o el infierno.
El cobrador de impuestos Leví, que también era conocido como Mateo, eligió dejar la vida de fiestas y dinero y se convirtió en un seguidor de Jesús, uno de Sus discípulos. María Magdalena, que según la Biblia era una mujer poseída antes de conocer al Señor Jesús, fue una testigo ocular de la resurrección del Salvador. Y la mujer samaritana testificó a los habitantes de su ciudad al Señor Jesús como el Mesías.
La elección es de cada uno
Si usted elige acercarse a Dios, dejando de lado los pecados de este mundo, participe hoy en una Universal más cercana de su casa. Vea la dirección aquí.
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